martes, 4 de septiembre de 2018

Llamazares se va, que le den una gran cruz al tonto útil


De toda su nefasta y torpe labor, que al más genuino modo soviético ha llevado casi a la extinción a Izquierda Unida, el necio Llamazares afirma ahora, cuando por fin anuncia una dimisión que las bases comunistas le venían pidiendo desde hace muchos meses, que se enorgullece sobre todo de haber encabezado las movilizaciones contra la guerra de Irak. ¿Cuál de ellas, mendrugo? Porque en Irak hubo dos guerras y en la primera no se os vio el pelo a los de la izquierda sarmentosa —valga la redundancia.

En otro de esos párrafos típicos de un izquierdista demagogo —valga aquí el emparejamiento de sinónimos—, el cavernícola Llamazares ha osado nada menos que soltarnos esta frase: “…he dimitido para evitar que la IX Asamblea de los días 15 y 16 de noviembre se convierta en una ‘Asamblea del reproche y del retrovisor’, llena de alusiones al pasado. Ha añadido que la decisión no ha estado motivada por la ‘presión’ de sus ‘adversarios’ en el seno de la federación”. Pues mira, eso mismo creo yo, que te vas porque no te es posible controlar las adhesiones entusiastas de los militantes y de paso a la veintena de diputados de tu grupo parlamentario.


Veamos, “reproche” y “retrovisor” son dos vocablos que puestos en boca de este fulano estalinista definirían casi a la perfección su trayectoria política. ¿Habrá algún sujeto en la vida pública española capaz de usar una cantidad mayor de reproches contra la derecha, a la que aborrece, y ampararlos en ideas trasnochadas no ya de retrovisor, que quizá, aunque sea con el rabillo del ojo, supondría mantener a la vista la realidad, sino seleccionadas directamente de esos manuales propagandísticos de historia falsificada y editados por la Komintern? Lo dudo. Bueno, quizá Santiago Carrillo, esa otra momia ideológica que además lo es física.

Como poco, podría catalogarse de curiosa la despedida del castrista Gaspar Llamazares. Nos dice que abandonará la jefatura de Izquierda Unida, si bien conservará el sueldo de diputado otros cuatro años. A eso se le llama coherencia, pero de pesebre. Es más, con otras palabras viene a decirles a los militantes que nada le reprochen en la Asamblea de noviembre y que sean amables. Y lo pide quien no ha parado en todo este tiempo de soltar veneno y de asociarse, o respaldar a quien lo hace, con los más fanáticos, que sería el caso del radical  Madrazo en su compadreo, igualmente de pesebre, con los secesionistas en el País Vasco. ¡Farsante el uno, farsante el otro! Tiéndase ante los pies del retrógrado y totalitario Llamazares el más fastuoso de los puentes de plata, puesto que en este caso huye —eso sí, un minuto antes de que lo echen— uno de los individuos más adversos para los intereses de España y de la libertad —aquí la redundancia es clara—, uno de los más lamentables políticos que sin duda alguna hemos padecido los españoles en la última década. Y a fe que han sido muchos.

Zapatero, en su línea de recompensar con cargos públicos o ascensos notorios a cuantos le han favorecido en el asalto al poder —algo de lo que podrían dar fe algunos diplomáticos e integrantes de la cúpula policial vinculados al 11-M— no debería dudar demasiado en nombrarle asesor (solamente a efectos de sueldo, luego que se quede en casa) y en concederle a Llamazares una de esas condecoraciones pensionadas, muy pensionadas, en reconocimiento por los servicios que le ha prestado. Porque si Izquierda Unida no hubiese pasado a “Undida”, directamente sin hache, ¡de qué los cientos de miles de votos que ZP, el rojo, les ha rebañado a los comunistas!

Y por si alguno pone en duda lo dicho, veamos un par de datos bastante significativos: 1) Generales 1996 (Julio Anguita), 2.639.774 votos, 21 diputados. 2) Generales 2008 (Gaspar Llamazares), 963.040 votos, 2 diputados, que en realidad podría considerarse sólo 1, ya que el otro diputado fue para los compinches de Iniciativa per Catalunya-Verds. Sí, abogo por una de esas grandes cruces para Llamazares, a poder ser en forma de hoz y martillo, pues no olvidemos que en el fondo cualquier indigente merece limosna, que de paso ayuda a limpiarle los pecados al donante. ¡Y anda que no ha “pecado” el Eterno Adolescente!

Autor: Policronio
Publicado el 7 de octubre de 2008

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