Hace algún tiempo que en los confidenciales viene asegurándose que Rajoy tiene los días contados. Hoy, en la COPE sin ir más lejos, Pedro J. Ramírez ha asegurado que el actual jefe de los populares no se comerá el turrón en el cargo, claro que queda casi un año para que lleguemos a lo del turrón y anda que no es posible que pasen cosas y cosas en el ínterin, incluso que el director de El Mundo, como consecuencia de la dura etapa que atraviesa la prensa, sea cesado por sus amos italianos y deba fundar un nuevo diario. Y los tiempos no están para nuevas fundaciones al típico método pedrojotero, es decir, aquí mando yo o la puta al río, con perdón.
Pues bien, sea desde la dirección de El Mundo, sea desde cualquier otro medio de nuevo cuño, no me extrañaría que Pedro J. siguiese arreándole estopa a Marianico el corto. Y bien que hace, ¡que narices! Pero lo que me extraña es que el de los tirantes a juego con la corbata aún no se haya posicionado claramente por el sustituto, algo que se deduce al oírle repartir las raciones de incienso entre Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón. Supongo que el periodista juega a dos barajas y se guarda un as en la manga --respecto al actual Gobierno su as es la ViceVogue, a la que idolatra de boca para afuera-- como consecuencia de que aún no tiene claro quién ganará la guerra fratricida que se libra en el interior del PP y que en realidad es lo que ha motivado que a Rajoy se le haya encasquillado la "malaleche" que hubiese necesitado --sin duda varios cargadores-- para sacar partido, como oposición, de las actuaciones de este gobierno tan sarmentoso. O al menos Pedro J. no lo tiene tan claro como el abandono del propio Rajoy.
Otro medio que las está pasando canutas en lo económico es el diario El País, troceado recientemente hasta en tres empresas distintas para que no se lo lleve de una tacada el primero de los bancos que decida ejecutarle la mega-deuda a Polanco junior. Y es que el diario "independiente de la mañana" ha sido, hasta hace bien poco, bastante rentable dentro de ese caos de pérdidas que supone el Grupo Prisa. Caos acentuado desde la muerte de su mafioso fundador. Pero hete aquí que los prisaicos han decidido apostar a tope por... No, no por Zapatero, al que aún le conservan encendida la vela en una especie de mar de fondo y ocasionalmente le sermonean, sino por el alcalde de Madrid, del que vemos a diario cómo los de El País le pasan la mano por el lomo.
Es más, estos chicos de Cebrián no han dudado en desenvainar su máxima virtud, la superchería, y ofrecerse con sumo "desinterés", a mayor gloria y beneficio de Gallardón, para denigrar a Esperanza Aguirre, rival de ellos en lo liberal y lo decente. Y en verdad que lo hacen bien: Ahora toca publicar y editorializar el tema del "Espionaje", sobre el que se insinúa que detrás se halla la mano negra de Esperanza. Claro que fue el fallecido Polanco, hace de ello al menos una década, el que dejó esculpido en bronce que "Gallardón es nuestro hombre". Motivo por el cual, ¡mira por dónde!, Zapatero decidió crear la Sexta y sus medios consortes, como el panfleto Público. Sea como sea, lo cierto es que Gallardón cuenta con las simpatías de los tres principales diarios españoles, aquí incluyo al ABC, aun cuando éste ha ido arriando la bandera de su fidelidad y ahora la sitúa a media hasta, casi como Pedro J. Y eso duele, francamente.
Duele a los que consideramos que ya está bien de paños calientes en esto de quedarse al margen de las fechorías zapaterinas con la Nación española, caso Rajoy y sus actitudes p'ayudar, y duele porque el relevo de Málaga podría ser Malagón v2.0. Vamos, un Malagón con espolones y muchos tiros "pegaos". Es decir, no veo yo al tal Ruiz, por más apoyo que reciba de los medios, en una pose distinta a la de un "progresista" dedicado en cuerpo y alma a las capillitas que le han aupado. Creo que el país donde uno vive, antiguamente llamado España, merece algo distinto a un ZP cesante sustituido por un Gallardón rampante.
En cualquier caso, ojalá tengan razón esos confidenciales que vaticinan el pase a la reserva de Rajoy, que será puesto en fuga como consecuencia de unos resultados electorales que incluso dentro del PP se prevén nefastos. Bueno será, por lo tanto, que en beneficio de España el PP pierdan las tres siguientes elecciones: Galicia-País Vasco, que cuenta por dos, y las europeas de junio. Si es así, y bien que lo siento por Mayor-Oreja y mis amigos gallegos —lo del PV se da por perdido de antemano a través del pacto PNV-López—, sólo cabrá esperar la marcha de Mariano y la llegada de Rodrigo Rato o Esperanza Aguirre. A poder ser como presidente el primero de ellos y con la segunda de Secretaria General. O viceversa.
Autor: Policronio
Publicado el 22 de enero de 2009
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