Meme: Capón de Bush al tirano Sadam. |
Imagínense que un volcán entrara en erupción, sin previo aviso. Un segundo antes todo es paz, tranquilidad y armonía. Y de pronto, un ruido enorme, humo por aquí, lava y piedras por allí, un desmadre, vamos. ¿A que sorprende?
Pues esa misma sorpresa era la que yo me llevaba, viendo a mis hijas jugar tranquilamente con cualquier cosa: una risa por aquí, una mueca por allá, etc. Y de pronto, el follón en grado superlativo. Sin venir a cuento, sin causa aparente y con el cafelito como víctima propiciatoria del primer movimiento reflejo, fruto de un susto de narices.
Y después de la sorpresa y cuatro reprimendas evacuadas con ánimo educativo y algún azote que otro, no merecedor de reproche civil o penal alguno, la oportuna explicación por parte de las criaturitas, al respecto de por qué indudablemente la culpa de todo es de la otra y no de la que habla.
Todo ello me ha recordado nuestro Eterno Adolescente. Cuatrocientos euros por acá, dos mil quinientos por allá, rentas de emancipación a tuti plain, subvenciones treinta-mileuristas para los seiscientos euristas con vocación de propietarios de vivienda, una televisión pública deficitaria por cada gobiernecito autonómico, partidos políticos, cuyas deudas se esfuman en insondables asientos contables, comisiones más eficaces que los aceites todogrado, en frío y en caliente, toda clase de planes de empleo rural, último rescoldo de la España caciquil, miles y miles de publicaciones oficiales, que duermen el sueño de los justos en cualquier sótano de cualquier edificio de la administración pública, junto y en grata compañía de informes de precio millonario sobre las cuestiones más inverosímiles, que nadie pensaba leer, por otra parte. En resumen, paz, orden social, chiqui chiqui, talante y buen rollito. A vivir que son dos días y que nos quiten lo bailao. Jauja, en una palabra.
Y de pronto, y casi sin venir a cuento, si atendemos a los mil cuentos chinos que se nos viene contado, tanto desde el Ministro de Economía como desde la sección de fontanería más pequeña de la agrupación socialista más insignificante, el padre de todos los follones.
Claro está, que en esta tesitura, ¡que lástima!, no se nos está dado repartir capones a diestro y siniestro, como debería ser el caso. De modo que hemos pasado directamente de la contemplación en todo lo suyo del follón a la discusión infantil sobre las culpas.
Y como no podía ser de otra forma, el Eterno Adolescente ha dicho la primera palabra. Y como siempre, la culpa la tiene Bush. Si no llega a ser por el malvado de Bush, ¿a cuento de qué le va a perdonar la Caixa mil milloncejos del ala al Muy Honorable Montilla?
¿Y de que la ETA-ANV tenga en su poder el censo de no sé cuántos Ayuntamientos vascos? Del cambio climático, por supuesto. A juzgar por la pronta “canonización” laica de Bermejo y Conde Pumpido.
Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 17 de septiembre de 2008
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