jueves, 27 de septiembre de 2018

Elecciones gallegas y vascas: Primera impresión


Los gallegos merecían que no volviesen a gobernarlos esa cosa extraña semejante a una hidra de dos cabezas y cuerpo deforme, a la par que hipercorrupta, formada por los sectarios Touriño y Quintana, con el agravante de la condición separatista radical en el segundo de ellos. Me alegro de este resultado por mis amigos gallegos. Lo sorprendente, pese a todo, es que la coalición hasta ahora en el gobierno gallego solamente haya perdido dos diputados. Sin duda hizo méritos sobrados para una pérdida más holgada, cosas del clientelismo infatigable que han practicado en la última legislatura, supongo. 

En cualquier caso, una buena noticia para esa región de España. Un partido nazi menos, el BNG, al que la cirugía electoral le ha extirpado las ínfulas y el presupuesto que manejaba a capricho y destinaba a sus barrabasadas. Eso sí, de haber estado en mi mano —lo reconozco—, le hubiese arrebatado media docena de diputados a los socialistas y otros tantos al Bloque y se los hubiera adjudicado a UPyD. 

En cuanto a las elecciones vascas, vistos los resultados podría decirse que se ha escogido algo distinto a la opción nacionalista de siempre, de siempre y desde hace nada menos que la friolera de treinta años. Con el mérito que algo así conlleva si reparamos en el asfixiante clientelismo peneuvista elaborado durante toda una generación. Y con un diputado de UPyD que vale su peso en oro a condición de que Patxi, aun cuando dice que está legitimado para liderar el cambio, no se eche en brazos de los sabinianos. Podría decirse —repito el potencial—, pero no hay casi nadie que aún se atreva a decirlo con claridad y por lo tanto que se aventure a plantear el gobierno que saldrá de estos resultados. Nadie excepto ZP, por supuesto, que ya debe tener decidido lo que más le conviene para no darle cancha al PP y, de paso, convertir en cautivos y desarmados a los representantes del PNV en el Congreso de los Diputados, único parlamento que en realidad le interesa.

Aseguraría que ante este panorama, tan propenso al cambalache, la opinión de López no cuenta en absoluto, siempre ha sido un mero peón de Zapatero. Si este mismo resultado se hubiera dado con Redondo Terreros al frente del PSE, hoy podría hablarse ya de un futuro gobierno no nacionalista. Eso sí, si ZP se decide finalmente por la decencia política y le “aconseja” a Patxi que trate de formar gobierno, un ejecutivo formado por socialistas y atemperado por los populares y el voto de UPyD podría llegar a ser una bendición para el País Vasco y, por ende, para toda España. Pero, claro, para algo así es preciso poseer un espíritu honorable. ¿Será el caso? De modo que nos hallamos ante la prueba del algodón: ¿Qué decidirá el que ahora manda, o sea, el Eterno Adolescente? Si alza la mano del lehendakari López, ¿tratará de vendernos que ha perdido Galicia pero ha ganado el País Vasco?  

Autor: Policronio
Publicado el 2 de marzo de 2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios moderados.