Es bastante significativa la noticia de que el Ministerio de Defensa quiere retirar la espléndida vidriera del techo del comedor de la Academia de Infantería, a pesar de los informes que recomiendan no manipularla por riesgo efectivo de deterioro irreparable y que al parecer están siendo ignorados por doña Carme, la ministrilla, y su equipo de sesudos asesores.
Cualquiera que haya tenido la oportunidad de observar in situ la impresionante vidriera, no se hubiera podido imaginar que en el siglo XXI ésta fuera objeto de "represalia política" en aplicación de una ley de dudosa Memoria Histórica.
Calificada de obra magistral de la artesanía por los expertos en la materia, la vidriera está condenada a muerte por el hecho de representar el escudo de los Reyes Católicos, con un añadido a mediados del siglo pasado de las columnas de Hércules, representación de las monedas españolas en tierras americanas y que hoy, curiosamente, son más conocidas por el signo del dólar.
Salvando las distancias con respecto al cumplimiento de la ley, como por ejemplo en lo que corresponde a la exhibición de símbolos seudo nazis, algo mucho más lesivo para la humanidad que lo que representa el águila de San Juan, espero que no se les ocurra ni al Gobierno ni a su ministra de Cultura aparecer por el pueblo de Olmeda, donde se conservan las mejores ruinas de una villa romana en la Península Ibérica.
En esta espaciosa mansión del siglo III, los suelos de todas sus estancias están pavimentados con bellos mosaicos decorados con escenas de caza y, lo que es sorprendente, con profusión de "cruces gamadas" por doquier en sus más diferentes formatos, con predominio de las conocidas como “cuatro colores”. A nadie se le ocurriría tildar de "hitleriano" ni al antiguo propietario de la finca ni mucho menos a Teodosio l, emperador de Roma a la sazón.
Autor: Incitatus (Firmas invitadas)
Imágenes: Batiburrillo
Publicado el 15 de marzo de 2009
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