miércoles, 8 de agosto de 2018

Vuelve Raúl


Y por ello me aguanto las ganas de hablar de las ocurrencias del  registrador de la propiedad inmobiliaria con barba y gafas. Y miren que me fastidia la cosa de la  plantación de 500 millones de árboles, de a cuatro euros cada uno: dos mil millones de euros, del ala. No obstante, y como otros ya han hablado de ello con acierto, me voy a permitir escribir unas líneas sobre uno de nuestros mejores deportistas y va de suyo, y sin duda alguna, el mejor futbolista español de todos los tiempos, junto con Luis Enrique. Se llama González, Raúl González.


Un chavalín con pecado original en forma de mentor argentino, a la par que dicharachero, el argentino, y cuyo mérito, del argentino, se resume en aparecer en las repeticiones junto al dios Maradona, mientras éste, el otro argentino, venga, el solito, el argentino del que les he hablado, la afrenta de la cuchillada de las Malvinas, propiciada por los gurkas mercenarios de cierta colonia inglesa. Valdano.

Y digo, en condiciones normales, que Raúl hubiera sido durante unos cuantos años santo y seña del Barça. Como lo fueron  Luis Suárez, Kubala, Marcial, Cruiff, Rexach, Shuster, Maradona, Laudrup, Romario, Stoikov, Ronaldo, Rivaldo y otros. Esos otros, que de momento, deberán hablarle de Vd. al protagonista del título de esta tontuna.

¿Y quién es el o la responsable de que Don Raul González no haya cumplido el papel para el que estaba predestinado? Aquí le doy la razón a Don Pepiño Blanco, confiando en que se lo confíe a su Jefe Amadízimo: la derecha extrema. Como fue la derecha extrema la responsable de que el Más Grande, más conocido por Don Alfredo, no vistiera la azulgrana. 

A partir de aquí, en contra de mis intenciones, permítanme que me abstenga de seguir hablando del chico de los goles imposibles, Raúl. No es por nada, pero no es cuestión propiciar la gran justificación de la estupidez supina: ¡González no juega en el Barça porque no tiene nivel C de catalán!

Dedicado a lmargol. 

Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 8 de febrero de 2008

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