viernes, 10 de agosto de 2018

Otro medio millón de amigos para la Narbona

El mosaico representa la cacería de Aquiles. Fue hallado en la villa romana de La Olmeda, Pedrosa de la Vega (Palencia)

Según podemos leer en el ABC, un diario que parece comienza a corregir su rumbo bobo-centroide practicado en los tiempos zarzaléjicos, para mañana está prevista una manifestación de agricultores y cazadores en contra de la gestión de la zapaterina Narbona -no debo anotar socialista, no hay porqué levantar falsos testimonios-, una "miembra" del actual gobierno de Zapatero que no ha parado en cuatro años de darnos "alegrías" a los españoles.

La tipa Narbona, con su Ley sobre el Patrimonio Natural y de la Biodiversidad (por título rimbombante que no quede, probablemente es el resultado de un equipo de 100 funcionarios pensándolo durante tres meses), trata ahora de regular al más genuino estilo antiliberal y metomentodo -lo que no deja de ser la máxima afición, curiosamente, tanto de la izquierda como del islam: regularnos la vida desde la cuna a la sepultura- aquello que puede o no puede hacer con sus tierras un agricultor en relación a la caza, una actividad, hoy deportiva, tan antigua como el hombre.


De tal modo pretende incordiar esta buena mujer, que lo primero que ha metido en la citada ley es la probabilidad de expropiar las tierras a los agricultores si éstos no se atienen a la literalidad de la nueva norma. Norma que, por cierto, ha sido calificada por los organizadores de la protesta como "punitiva, ambigua, intervencionista y confiscatoria". ¡Qué raro, siendo una ley socialista! Y es que algo sobre la caza o las tierras de cultivo sabrán los organizadores de la manifestación de mañana, puesto que se trata nada menos que de ASAJA (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores), de la RFEC (Real Federación Española de Caza) y de la Oficina Nacional de Caza.

En contra de los que se jactan a menudo del uso del diálogo como sistema político, cuando es evidente que no lo han practicado jamás, la ley pretende imponer a las partes afectadas -sí, "imponer", otro concepto muy desarrollado en la mentalidad de la izquierda- una normativa que se supone iguala a la de otros países, al decir de la Narbona, pero que en realidad supera con mucho a los más avanzados en esta cuestión, como es la prohibición total de la caza con balas de plomo. Andrés Gutiérrez, el presidente de la Federación, desmiente a la ministra y la llama mentirosa por haber asegurado que es una norma muy extendida, puesto que sólo en Francia, y más concretamente en algunos humedales, está limitado el uso de balas de plomo y siempre que se dispare de cara al agua.

Por si fuese poco, el asunto aún va más lejos, ya que el presidente de ASAJA, Pedro Barato, se ve venir lo que acabará siendo una prohibición total de la caza en el campo y pone un ejemplo del enorme perjuicio que algo así puede causar a los agricultores: "la caza es un complemento actualmente para la actividad ganadera y agrícola e incluso admitió que una perdiz puede llegar a tener un mayor valor en algunas zonas del territorio que un cordero. Dijo que muchos trabajadores del campo obtienen un mayor salario un fin de semana de caza que en sus trabajos habituales y que el cazador es una cadena de valor añadido".

En resumidas cuentas, a la hora de redactar la nueva ley, la Narbona ha valorado mucho más la opinión de sus consejeros "ecolojetas", que si pudieran obligarían a cazar las perdices a pedradas, en lugar de atender al criterio de cientos de miles de trabajadores del campo o de aficionados a la caza, cuya industria mantiene, a su vez, a otros cuantos miles de empleados y son los más interesados en que el ambiente no se degrade al constituir su medio de vida. Que una cosa es el respeto a la Naturaleza, por la que apostamos todos, y algo bien distinto es volver a la Edad de Piedra y que el Estado se convierta en el "guardián" del último matojo, apostando en cada uno de ellos, por si acaso, un comisario político, que son esos que ahora se hacen llamar ecologistas y que la mayoría no pasa de ser unos "sandías" -verde por fuera, rojo por dentro- subvencionados con el dinero de todos. Lo dicho, otro medio millón de amigos para la Narbona, por si no tenía suficiente con los agricultores del Levante español, donde la falta de agua llegará a impedir incluso la caza de la lagartija.

Autor: Policronio
Publicado el 29 de febrero de 2008

Actualización (3-03-2008): Una vez celebrada la manifestación, el diario El Mundo nos ofrece la siguiente crónica:
MADRID.- Decenas de miles de cazadores y agricultores de todos los colores políticos y de todos los puntos de España se han manifestado en protesta por las "limitaciones" que impone a su actividad la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad, aprobada en noviembre, y en defensa de la naturaleza.
Arqueros, galgueros, cetreros, halconeros... Todos ellos se han dado cita en Madrid bajo el lema 'Por el campo, la caza y la conservación'. En la movilización, que ha partido de la Plaza de Lima y ha recorrido la Castellana para finalizar frente al Ministerio de Medio Ambiente, han participado medio millón de personas —según organizadores—, y 35.000 según fuentes policiales.
En la cabecera se encontraban representantes de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), la Real Federación Española de Caza (RFEC) y la Oficina Nacional de Caza (convocantes del acto). Junto a ellos, el Presidente del Consejo Internacional de Caza, Dieter Schram, quien mostró una gran emoción por la demostración de apoyo de los españoles a esta práctica.
Todos ellos defienden que, gane quien gane las elecciones generales, la normativa promovida por la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona "tiene que ser derogada".

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