jueves, 30 de agosto de 2018

Obama, el preferido de los últimos neandertales vivos


No es que me dé lo mismo que gane Barak Obama o John McCain, es que lo peor que le pasó, le pasa y le pasará a España es que haya gobernado, gobierne y siga gobernando en el futuro el yerno de la estanquera. Bueno, gobernando o lo que sea esto que hacen estos chicos.


Por lo tanto, por muy bueno, buenísimo, progre, enrollao, talantoso, abstemio  y todo lo demás superguay que sea el próximo Comandante en Jefe del Ejército del Imperio, España tendrá que soportar, como poco, otros tres años largos, al chico de los recados de Mohamed VI, al frente de eso que llaman, a los únicos efectos publicitarios, Gobierno de España. Y ello es motivo más que suficiente para estar preocupados hasta el nivel del acongojamiento, aunque el mismo Verbo se hiciera Carne y resultara ser el sucesor de  George Bush Junior.

No obstante, no voy a ocultarles que si Obama se da el batacazo voy a tocar las palmas con las orejas, sólo de imaginar el careto que se le va a quedar al más tonti-progre entre los progres: Enric Sopena. Por sectario, sumiso con el poder hasta la obscenidad e ignorante hasta decir basta. Y ello no tiene nada que ver con mi creencia de que ante Sopena nos encontremos ante lo más parecido a los homo sapiens de los  últimos neardentales  vivos, que campean sobre la Tierra. 

El caso es que, aunque les fastidie a los piji-progres patrios, el partido que abolió la esclavitud de los negros en USA fue el partido republicano, con  Abraham Lincoln de presidente y con la fuerte oposición de los demócratas que, por cierto, no se atreven con un candidato negro. Tanto es así, oportunidad tuvieron en el pasado para ello, que han acabado conformándose con un “café con leche”, o sea, na de na. No es por nada, pero Obama es de padre negro y madre blanca, no como Doña Condoleezza Rice, que es negra, negra, y además, Secretaria de Estado, con George Bush, el odiado y denostado Bush, como presidente. Nada más y nada menos. 

De modo, que menos lobos. Y como se da la circunstancia de que el presente es de los últimos escritos vacacionales, me permito proponer a los pacientes lectores el siguiente juego. Se trata de localizar las siete diferencias que hay entre este ejemplar de homo sapiens y este otro de homo neandertal.

Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 29 de agosto de 2008

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