ZP promete. Lo de "promete" puede ser interpretado como la más pura ironía |
No descarto que la nueva ministra lo haga aún peor, vista la deriva irresponsable y torpe de un Presidente incapaz de poseer un mínimo sentido de Estado, pero mi primera impresión es que los levantinos (desde Castellón hasta Almería) debemos felicitarnos por el cese en Medio Ambiente de la tipa Narbona, una persona dañina como ella sola, a la par que demagoga y embaucadora, acerca del principal problema que afecta a casi un tercio de España: el agua. Ahora veremos si tanto atropello era cosa de ella o de su jefe, claro que el escarnio y la soberbia sí cabe atribuírselos claramente a la ya ¡ex!
Así, pues, vaya destinada esta primera impresión sobre el nuevo Gobierno a destacar sonriente la marcha de una ministra tan nefasta. Me hago cruces, asimismo, al comprobar que siguen Miguel Ángel Moratinos, Magdalena Álvarez, Mariano Fernández Bermejo y Bernat Soria, un cuarteto de incompetentes ampliamente acreditados —Bermejo en grado superlativo— y alguno de ellos —como en el de caso de Moratinos— de larga trayectoria ineficaz en la que no le han faltado unos cuantos episodios de irrisión que ha ido regalando por el extranjero, como por ejemplo en USA, a costa de nuestra patria.
No hay ninguna duda de que este Gobierno es más de lo mismo, con una salvedad, ahora nos han colocado en Defensa a una señora que no tiene ni idea de lo que es el Ejército, la Guardia Civil o el CNI, y que probablemente solo se siente ciudadana de Cataluña, su nación declarada en el Estatut. Habrá que ver, de otra parte, lo que dan de sí esas incorporaciones forzadas por el resultado electoral o prometidas en las municipales, caso de Corbacho (PSC) o Sebastián (enfréntate a Gallardón y te haré ministro), más que nada porque en ambos casos hay algún precedente que mueve a considerarlos predispuestos al antojo político, es decir, a la arbitrariedad y al amiguismo.
Y claro, si se considera que Zapatero no es precisamente un adepto a la laboriosidad y al control gubernativo, lo más probable es que estos sujetos vayan por libre en relación a sus intereses particulares. El uno respecto a la inmigración en Cataluña, que ya veremos —de acuerdo con la opinión de su amo Montilla— si no es la única que le interesa y acaba enviándonos a los indeseables al resto de España; el otro respecto a toda clase de negocietes y chanchullos en Industria, tan relacionados con esa Oficina Económica de la Moncloa que cortó el bacalao durante varios años y dirigió.
Autor: Policronio
Publicado el 12 de abril de 2008
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