Iniciamos hoy -¡qué mejor momento puede haber!- la colaboración de A. Chacón en Batiburrillo. No voy a decir mucho más de él, salvo que me siento orgulloso de haberlo incorporado a nuestras "Firmas Invitadas". Será mejor que lean lo que escribe y el mucho sentido común que utiliza en sus frases. Creo que valdrá la pena que de ahora en adelante sigamos sus artículos, quizá menos pródigos de lo apetecible -que no todo el mundo cuenta con las mismas subvenciones para poner el plato en la mesa-, de los que aseguraría, incluso, que no les faltarán unas gotitas de buen humor. Presiento, pues, que A. Chacón no tardará en convertirse en uno más de la casa Batiburrillo, donde somos ya unos cuantos los habituales a esta página.
La educación en el programa electoral del PSOE
El programa presentado por el PSOE en estas elecciones contiene algunas de las frases, o promesas, o propuestas, más delirantes que uno ha tenido oportunidad de leer. Entiendo que es una de esas cosas destinadas a ser usadas a modo de maniobra de distracción. Más capote que torero, más decorado que comedia. Analizar un programa electoral teniendo la certeza de que no representa ningún compromiso para quien lo ha redactado, que lo que contiene tiene pocas posibilidades de ser llevado a la práctica por sus autores o que de intentar llevarlo a la práctica probablemente nadie sepa con seguridad en qué consiste tal práctica y muchísimo menos de qué forma llegar a ella, analizar tal programa, digo, se convierte en una verdadera prueba de fuerza de voluntad para cualquiera.
La lectura de semejante bodrio da, sin embargo, una idea general, una "imagen en perspectiva" de las intenciones de los autores. Una de esas imágenes percibidas consiste en la confusión, probablemente intencionada, de las necesidades de los ciudadanos con la interpretación que de tales necesidades hace el futuro gobernante.
En educación, al mismo tiempo que se desea el éxito del alumnado, se une este éxito a las mejoras de las tasas de graduación (pag. 137). Seguramente para el legislador resulte un triunfo extraordinario conseguir el 100 por 100 en las tasas de graduación; pero lo verdaderamente significativo del éxito del alumnado, por ser alumnado y no una plantación de berzas, alcachofas o cebollinos, estará en un incremento sustancial de sus conocimientos y nunca en el porcentaje más o menos elevado de los que se hayan graduado. De hecho, puestos a plantear soluciones a nuestros problemas de "éxito", con dar un aprobado general desde el primer curso nos garantizaremos unas tasas de graduación magníficas. Es una lástima que no hayan caído en esto los simpáticos redactores del programa. O sí han caído y se limitan a dar continuidad a la política educativa que nos ha situado en el lugar en el que estamos: entre las alcachofas y los cebollinos, precisamente.
¿Cómo garantizar un aumento de las tasas de graduación? No hay problema, se responderá el ingenioso ideólogo progresista. Se incrementa el profesorado, la atención "individualizada" y los desarrollos de programas de refuerzos, y en paz. Más dinero. Eso sí, los mismos contenidos, las mismas herramientas, la misma situación del profesorado (un cursillo rápido de hipnotismo haría maravillas en la actitud del alumno más salvaje, es una sugerencia que bien podrían añadir a su programa los ingenieros sociales del PSOE)
Al mismo tiempo que cultivan a los niños con la esperanza de verlos convertidos algún día en hermosas coliflores, pretenden que tales coliflores crezcan bien impregnadas de los "principios de la Alianza de Civilizaciones" (pag. 143). Les va a resultar difícil conseguirlo. Primero, porque los "principios de la Alianza de las Civilizaciones" vienen a ser algo así como el manual de instrucciones de un mueble del IKEA: cumple estupendamente su función para unir determinadas piezas de madera barata, pero en cuanto se le exige que nos guíe en alguna empresa de mayor calado intelectual, fracasa.
Esos "principios" están bien para Zapatero, mueble del Ikea donde los haya, que jamás ha necesitado de principios excepto para sortearlos. Para la gente común no dejan de ser insustancialidades parecidas a las que acreditan a los perros falderos como grandes conocedores de las personas. Y segundo, porque cuando algo es una cretinez, por más dinero, sectarismo y mala leche que se le dedique, jamás trasciende ese estado. Si quienes tratan de "educar" en valores aliancistas demuestran una profundidad de conceptos similar a la de sus educandos, lo único que conseguirán será una trágica, perfecta e intolerable pérdida de tiempo. No del suyo, que está muy bien pagado; me refiero a la pérdida del tiempo de los niños. Aunque ya se sabe que lo importante es que se gradúen; eso sí, bien educaditos en los valores que le interesan al gobierno.
Y ya inmersos en esa locura en la que un niño para hacerse con una formación pasable, tirando a decentita, debe salvar los obstáculos que el sistema educativo se ha empeñado en poner en su camino, terminemos, como no podría ser de otra forma, describiendo la solución que el PSOE ha ideado para la "falta de consideración social del profesorado": ¡campañas! (pag. 148). Educación social. Hacer ver a los ciudadanos que el fracaso escolar, el declive generalizado de la educación, la falta de criterio, los errores metodológicos, el fracaso de las continuas ingeniosidades pedagógicas, la persecución de la excelencia, la pérdida total de autoridad del profesorado y demás plagas han sido causadas por el propio profesorado. A ver para qué si no iba a necesitar el profesorado una "dignificación de su trabajo", o un "reconocimiento social", o un "aumento de la consideración social" publicitados, excepto para liberar de responsabilidad a los verdaderos responsables del desaguisado. Responsables que, por otra parte, prometen en su actual programa más de lo mismo. De conseguir llevarlo a cabo no duden ni por un momento que dentro de cuatro años estaremos hablando, de nuevo, de una campaña de rehabilitación del profesorado.
Los estrepitosos fracasos de las ideas que han dado origen y continuidad a la actual situación del sistema educativo no han supuesto ningún reconocimiento de culpa de sus impulsores. Al contrario, cuanto mayor y más evidente es el problema, con más empecinamiento tratan de cambiar la percepción que los ciudadanos tienen de ese problema. Cuanto mayores y más evidentes son los resultados negativos del citado problema, con mayor determinación tratan de adjudicar tales resultados negativos a algunos de los afectados por el mismo, con un cinismo que raya en la enfermedad.
El PSOE es parte fundamental del problema. Con este programa educativo se comienza a perfilar, si es que no lo es ya, como el único problema.
Autor: A. Chacón (Firmas invitadas)
Presentación: Policronio
Publicado el 5 de marzo de 2008
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