Legislatura nueva, gobierno nuevo, mismo Presidente, mismo sectarismo... Mientras el PSOE y el PSC defienden el trasvase o minitrasvase de agua a Barcelona, a los valencianos y murcianos sólo les pone desaladoras. Este sectarismo, no lo duden, constituye una característica esencial de estos dos partidos izquierdistas profundamente antiespañoles.
No es extraño que después de más de un lustro de críticas a cualquier tipo de trasvase por parte de los socialistas, el secretario general del Partido Popular de Valencia haya señalado que "esto es un ejemplo más de la profunda marginación a la que nos vemos sometidos los valencianos por parte del ejecutivo socialista, ya que, mientras premia a unos con agua limpia, a nosotros nos da el agua que nadie quiere, el agua que está sucia". Y es que, el socialismo podrá presumir todo lo que quiera de igualdad, pero a la hora de la verdad, la igualdad verdadera no la trae una directora cualquiera de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco. No... la igualdad la marca la Ley. Se es igual ante la ley y la ley tiene que ser justa. Y la dictadura catalanista impuesta por el zapaterismo no genera más que desigualdad y, sobre todo, injusticia.
Aguirre y Camps han defendido siempre la necesidad de un Plan Hidrológico Nacional alejado de aldeanismos paletos como el catalán. Frente a la dictadura catalanista establecida por el zapaterismo, Aguirre y Camps han defendido los derechos y libertades de la región valenciana dentro de una España unida.
Tal está siendo la humillación por la que están pasando los 4.885.000 valencianos y los 1.410.000 murcianos que el presidente de la Generalidad valencianano no ha tenido más remedio que anunciar hoy mismo que utilizará cualquier tipo de iniciativa, incluidas las manifestaciones, para oponerse a la humillación que supondría para la Comunidad valenciana que el Gobierno trasvasara agua del Ebro a Barcelona, después de que lleva casi un lustro negando el pan y la sal a la región levantina: "Nadie en esta tierra se arrodillará ante decisiones de semejante calado tomadas por Zapatero".
El problema que hay es que estamos ante un Gobierno antinacional, tan profundamente sectario e injusto para con las CCAA que no son nacional-socialistas, que esta tarde la nueva ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, se reunirá con el funcionario mejor pagado de España, que no es otro que el Presidente de la Generalidad, José Montilla, para cerrar un acuerdo que permita suministrar agua al área metropolitana de Barcelona. A Zapatero, Espinosa y Montilla les resbala completamente que la costa levantina (Castellón, Valencia, Alicante, Murcia y Almería) se beban el agua que está sucia, la que nadie quiere, mientras el Gobierno se plantea ahora mismo la venta de agua para Cataluña. Por cierto, si se habla de agua para Barcelona, es porque sí que hay agua. Lo que quiere decir que muchos llevan años mintiendo flagrantemente.
Autor: Smith
Publicado el 14 de abril de 2008
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