miércoles, 8 de agosto de 2018

Expectativas de trabajo para el diez de marzo

ZP. Monitor de campamentos juveniles de la Junta de Andalucía.

Para que estos chicos de la alegría vean cuánto me preocupa su futuro, como compatriotas que son mal que les pese -lo del patriotismo no lo valoran nada en su eterna incertidumbre de lo que es nuestra Nación-, me propongo una vez más darles pistas de sus posibles nuevas ocupaciones, siempre acordes a sus merecimientos, a partir del diez de marzo de dos mil ocho, cuando la decencia en forma de papeletas electorales les diga adioZ.


ZP. Monitor de campamentos juveniles de la Junta de Andalucía. Será maravilloso ese fuego de campamento entre canciones de Sabina e interpretación de escenas de las pelis de las chicas de la cruz roja (la Velasco) y Zampo y yo (la Belén). Todo ello, amenizado con unos vivas a Franco al final de cada velada, en recuerdo de su otro abuelo, pronunciados por esa voz de minero "canónico" que Dios le ha "dao" al sustituto de Zampo.


Rub-Alkaaba. Se le abren diversas  expectativas. A saber: químico de la chupa-chups en China -cuanto más lejos mejor- o jefe de seguridad de un puticlub de carretera, a poder ser bien surtido de prostitutas eslavas.

Solbes. Lo tiene muy fácil. El gremio de concesionarios de kioscos de pipas, chufas, caramelos y chicles busca contables desesperadamente.

Bermejo. Animador de las nuevas casas de apuestas que van a legalizarse. Su experiencia en -qué te apuestas que el Supremo ilegaliza ANV- puede ser determinante.

Bernat Soria. Hace poco en el "Segunda Mano" apareció un anuncio que decía: "Muerto Juan Simón, el de la hija, se busca enterrador". Montes ya se ha interesado por el asunto, de modo que... a correr.

Caldera. A este chico lo veo de farero a jornada completa. No es por nada, pero es que se le ve vocación de ayuda al acercamiento a las playas y puertos de esos barquitos que vienen despistadillos, repletos de negrillos o morillos, tras dura travesía.

La Trujillo y la Chacón. Zarzueleras a pares. De cajón. Una morena y una rubia, sus perfumes, sus casas de vecinos, sus rentas antiguas...

Y para terminar... ¡Don Pepiño! Ruego encarecidamente a los miembros y miembras de la PRISOE que lo salven de la quema. ¡Es nuestro ídolo! Pepiño, quédate. Roguemos al Señor.

Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 12 de febrero de 2008

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