Batiburrillo cumplió ayer cuatro años, toda una vida en esto de la Blogosfera, un medio donde a diario se crean o desaparecen cientos de blogs (un término que va imponiéndose al de bitácora, los españoles somos así) y tal hecho hace imposible que uno pueda dar abasto para leer, ni siquiera conocer por referencias, cuanto de bueno o escabroso va surgiendo.
No sé si cumplir a estas alturas cuatro años es algo que posea algún mérito, ni siquiera si el hecho de haber recibido casi un millón y cuarto de visitas puede ser un dato significativo, que siempre habrá quien los menosprecie. Pero lo cierto es que ahí estamos, al pie del cañón y sin dejar de aportar nuestras opiniones sobre este universo político que los que ahora mandan quieren convertir en una juerga mundana, además exenta de toda responsabilidad personal en las cuestiones más serias —al tiempo que de lo más propicia al atropello gubernativo— y a la que encima no todos estamos invitados, ya que a algunos se nos ha aplicado con gran entusiasmo el “cordón sanitario”, que es la cheka de nuestros días.
No voy a escribir mucho más acerca de nuestro aniversario, sobre el que pretendo que prevalezca el simple y modesto dato, puesto que corren tiempos en los que tirar cohetes para celebrar nada sería casi blasfemo, unos tiempos a los que no se les adivina el fin como consecuencia de haberse instituido el “Ministerio de la Oposición”. Por lo tanto me limitaré a dejar reseñado el dato onomástico y anotaré a continuación la frase que encabezaba la primera entrada de Batiburrillo, una frase que aseguraría sigue en la mente de los que aquí escribimos y que se le atribuye nada menos que a Mateo Alemán, durante un tiempo compañero de celda, dicen, de Miguel de Cervantes:
“Libertad, loada de sabios, deseada de muchos y cantada de poetas, para cuya estimación todo el oro y las riquezas de la tierra es poco precio”.
Autor: Policronio
Publicado el 17 de abril de 2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios moderados.