miércoles, 1 de agosto de 2018

Benazir Bhutto, víctima de Al-Qaeda, descanse en paz

La bella Benazir Bhutto murió como una valiente. Sabía del peligro que corría, pero arriesgó su vida por modernizar Pakistán. Que Dios la tenga en su Gloria.

Decía José María Aznar hace unos días que "Europa tiene enemigos y esos enemigos se llaman yihadistas". El reciente atentado que ha segado la vida de Benazir Bhutto, además de otras 21 personas, causando 14 muertos en los enfrentamientos posteriores, demuestra que los yihadistas son enemigos mortales de Europa y de todo el mundo libre.


Con las siguientes palabras, un dirigente de Al Qaeda en Afganistán, Mustafá Abu al Yazid, ha asumido el asesinato de la líder opositora en nombre de esa organización terrorista: "hemos acabado con un activo muy valioso de Estados Unidos que había jurado derrocar a los muyahidin". Para estos descerebrados islamistas, detrás de la pobre Benazir Bhutto estaba poco menos que la CIA y el FBI. Son así y nadie les va a cambiar la manera de pensar.

Yo no sé si Occidente tiene realmente claro a lo que nos estamos enfrentando. A tenor de lo que dicen algunos, más bien no. Pero la cruda realidad de la Guerra contra el Terrorismo es que, aunque los terroristas jamás vencerán, aunque sólo sea porque los más no vamos a ser vencidos por los menos, sobre todo cuando estos, en su conjunto, no representan más que a minorías muy localizadas, tampoco tengo claro que las fuerzas democráticas puedan derrotar palmariamente a los terroristas islamistas. Sobre todo si no se actúa con más firmeza.

Dicho esto, lo que ya no es de recibo es toda esta soflamería barata de la progresía internacional, dispuesta a criticar todas y cada una de las medidas que EEUU e Israel tomen para defender el mundo libre en Oriente Medio. Ayer mismo, sin ir más lejos, un nacionalista radical se tiraba de los pelos en Euskal Irratia, no por el brutal asesinato islamista, sino por el famoso muro de seguridad israelí. Aquí da igual que un país como Pakistán ¡de 165 millones de habitantes! sufra un atentado contra la líder opositora, contra la democracia, contra la libertad en el mundo musulmán, contra las mujeres, contra... da igual. El caso es echar basura sobre los de siempre. 

Hoy más que nunca, podemos decir que el trágico y terrible atentado que ha causado la muerte de la ex primera ministra paquistaní Benazir Bhutto aleja la paz de Pakistán, de Oriente Medio, de Asia y del mundo entero. Que no nos cuenten milongas. El yihadismo es el enemigo número uno de la democracia y del mundo libre. Es el enemigo número uno de la libertad y de la vida. Es el enemigo número uno de la mitad de la población del planeta, las mujeres. Es el enemigo número uno del capitalismo -vean cómo marcha la bolsa hoy mismo- y del libre comercio. Contra él, por lo tanto, tendrá que empezar a actuar conjuntamente to-do Oc-ci-den-te. To-do. Desde la OTAN hasta el EPAC, pasando por la UE, las internacionales de los partidos políticos y los sindicatos de toda clase y condición. Si no se afronta con firmeza este reto, el cáncer, que amenaza con ser crónico, puede resultar, además, devastador.

Autor: Smith
Publicado el 28 de diciembre de 2007

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