miércoles, 25 de julio de 2018

Zilipoyezez variaz


No les digo nada de cuando al joven mileurista le dijeron que mirara en el Boletín Oficial del Estado, en procura de enterarse de la ayuda esa de Z de Zupermán, para pillar una vivienda. Debe andar ya, por lo menos, por la lectura de ocho BOES, que si para un profesional de la cosa es un auténtico coñazo, no digo nada para los lectores en exclusividad del Marca y aledaños, con todos mis respetos.


Porque la tan cacareada ayuda a los alquileres, que a buen seguro alegrará a no pocos propietarios de viviendas, viene publicada en papel oficial bajo la rúbrica, nada sospechosa de proselitismo facilón, de Real Decreto 1471/2007, de 2 de noviembre, por el que se regula la renta básica de emancipación de los jóvenes. Toma ya y manda huevos, que diría el poeta del viento de levante. BOE de 7 de noviembre. Lo digo para los desavisados.


Que no es cachondeo, que la ayuda para pagar el alquiler, consistente en los doscientos diez euros del ala, mensuales y durante cuatros años, viene regulado dentro de un engendro de tal denominación. 

Pero ese disimulo en el lenguaje no es de ahora. Por ejemplo: A los concejales de limpieza, ya hace tiempo que les llaman concejales de medio ambiente. A los barrenderos de toda la vida, que gran servicio prestan y que mal pagados están, ahora se les viene llamando operadores de residuos sólidos urbanos. A los que recogen la basura, los basureros de toda la vida, viene en llamárseles implementadores primarios del reciclaje.


No peor suerte corren los gasolineros, expendedores de productos licuados del petróleo, y los peones camineros en todos sus grados, que ahora se denominan especialistas en conservación primaria de infraestructuras de comunicación terrestre.

Sin embargo, lo que más me llama la atención, es que a las putas ya no se las llama putas, ahora se las llama reguladoras del impulso testosterónico. Aunque sean rumanas, sin papeles y estafadas por las mafias.

Así las cosas, que no me llamen hombre, que me llamen perfecta combinación de agua, proteínas y sales minerales, con excipiente de lípidos, y susceptible de generar el suficiente impulso químico con trascendencia mecánica, en pos de un impulso electromagnético, convertible en señales sonoras del tipo ¡Eztoy hazta loz vagonez de tanta zilipoyez!

Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 15 de noviembre de 2007

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