martes, 24 de julio de 2018

Pues sí, lo mataron los socialistas y no Aznar

Esquela del diario ABC, año 2007, en recuerdo del asesinato de José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange. Generó una gran polémica en la izquierda zapaterina (hasta el extremo de que el Gobierno prohibió una manifestación falangista) la frase que se indica en la esquela y que refleja la pura realidad de lo acontecido: "asesinado, a los treinta y tres años, el 20 de noviembre de 1936, por las milicias socialistas"...

Leo con cierta sorpresa, aunque ya nada nos sorprende del todo en la España actual, que, en lo referente a la polémica marcha falangista en homenaje a José Antonio, convocada a través de un comunicado en el que figura la expresión «asesinado por los socialistas», un auto del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) señala dos tonterías, a cual más supina: 


1ª Tontería: Que dicha manifestación «denota voluntad provocativa por invocar eslóganes que dividen a los españoles, vejan a una parte de los ciudadanos y pueden provocar altercados...». Lo cual, dicho en la España del Memoriazo de Zeta y de la necrofagia neo-republicana, me parece un comentario un tanto surrealista.

2ª Tontería: En su fallo el tribunal considera que en la comunicación de la convocatoria presentada por Falange, figura una frase —«asesinado por los socialistas»— que «resulta desafortunada y es una mera referencia, carente además del mínimo rigor respecto a la realidad histórica acontecida». Coño, ¿se han buscado estos magistrados a Paul Preston como "asesor" histórico o qué? 

Porque el fundador de la Falange, que yo sepa, fue asesinado tras una farsa de juicio en una zona de España en cuyo Gobierno estaban los socialistas, principales responsables de los asesinatos de falangistas antes y durante la guerra. Presidía dicho Gobierno, además de tener en sus manos la cartera de Guerra, ese demócrata de toda la vida apodado el 'Lenin Español', Largo Caballero, un socialista cuyo totalitarismo asustaba al propio Koba. Más sociatas presentes en el Gobierno que ordenó el fusilamiento de José Antonio: Julio Álvarez del Vayo (Estado), Indalecio Prieto (Marina y Aire), Juan Negrín (Hacienda) y Anastasio de Gracia (Trabajo y Previsión). Unas "joyas" que llevaban diseñando la Revolución soviética desde el año 33, que la hicieron estallar en el 34 y que la resucitaron en el 36.

Los diarios socialistas, reductos de Prieto y de Largo Caballero, El Socialista y Claridad, lanzaron una dura campaña contra los magistrados, que fueron acusados de "fascistas" y "prevaricadores". Según testimonio de don Félix Álvarez Santullano, presidente de la Audiencia Territorial de Madrid, es el propio ministro de Justicia, Blasco Garzón, acompañado del subsecretario Gomáriz, quien se queja "en términos muy duros" de la actuación de la Sala Segunda de la Audiencia y quien le ordena el cese y sustitución de los magistrados. El presidente de la Audiencia no se atreve a enfrentarse al ministro y busca una salida legal cesando la sala como Tribunal de Urgencia. Separación que, como anota uno de los magistrados, "mas que una vejación, era el reconocimiento de nuestra independencia al juzgar frente a las presiones del gobierno del Frente Popular, que buscaba en sus pretensiones seudo-democráticas, dar forma de legalidad a sus atropellos".

Dicho lo cual reitero que, como dicen los falangistas, a José Antonio lo mataron los socialistas. Aunque, no es broma, en breve aparecerán en escena maese Pepín Blanco y Diego López Berrido para ofrecernos en primicia la nueva versión de lo sucedido en Alicante hace 71 años: José Antonio murió por culpa de Aznar. No lo vean tan difícil porque los historiadores antifranquistas, de extrema derecha y de la izquierda sectaria, siguen atribuyendo tal acontecimiento a Franco. Como si el recién nombrado Jefe del Estado en la zona sublevada dispusiera las órdenes judiciales de la España republicano-marxista. 

Autor: Smith
Publicado el 13 de noviembre de 2007

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