Lean esta crónica del diario El País. No tiene desperdicio. De ella se coligen varias cosas, no todas ellas agradables. Al menos, para mí.
La primera de ellas, que Zapatero, a pesar de que escucha la Cadena COPE, es un tipo pe-li-gro-sí-si-mo: sin sustancia, inconsciente y simple. Considera que el PP y UPN se han pasado de la raya, al arremeter contra sus frívolos acercamientos a la coalición separatista proetarra Nafarroa Ez, que casi le cuestan a Navarra la pérdida de su identidad.
La segunda de ellas, que Ignacio del Burgo es un político profesional hasta las cachas. Es decir, que está al sol que más calienta. Sol que, durante su larguísima trayectoria política, no ha sido otro que el PP, pero que en cualquier futuro inmediato puede ser hasta el propio PSOE. Así es esta clase dirigente, cuyos principios parecen ser más bien "situacionales". Dijo lo que dijo en la Cadena COPE "por el contexto político que se vivía aquellos días en Navarra". Patético. Nauseabundo. Moral situacional. ¿Para cuándo una sucursal del PP en Pamplona? Lo decimos porque, sinceramente, y al margen de todo el peloteo que se llevan Sanz y Del Burgo con los socialistas, el foralismo es una reliquia antiliberal que carece de sentido en el siglo XXI. No se puede estar arremetiendo contra los racistas del PNV y los separatistas de ERC-CiU-PSC mientras se lava la cara a estos historicistas de tres al cuarto que se creen más que los demás. Si Navarra fue un reino, me resbala, pues tuvo durante un tiempo su capital en Nájera (La Rioja) y no creo que los najerinos se crean más que los calagurritanos. La nación es España y lo demás son cuentos chinos para sacarnos el dinero.
La tercera es que Alfonso Guerra no ha cambiado después de treinta años de parlamentarismo jacobino anticlerical:"estos católicos tienen poca fe en el futuro de Navarra", le espetó a Del Burgo. Se equivoca de medio a medio. Los Navarros con un par -no hacen falta más- de dedos en la frente, confían plenamente en Navarra pero muy escasamente en los socialistas navarros. No es lo mismo tener fe en San Francisco Javier que en un pelele puesto por Zapatero para cumplir los designios que ETA le fuera marcando durante el "proceso" de rendición. Y que no nos cuenten milongas, por favor, porque si algo estaba claro era que, caso de que ETA hubiera seguido manteniendo la "tregua" (expresión militar que debiéramos dar asco emplear), Navarra habría caído en manos de los anexionistas del dúo Zabaleta-Barcos. Lo demás es retórica.
Autor: Smith
Publicado el 5 de septiembre de 2007
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