martes, 10 de julio de 2018

A garrotazos con Imaz


Los socialistas llevan años con la cantinela de que las únicas políticas que funcionan con el País Vasco y Cataluña son las del "apaciguamiento" y no las de la "confrontación". Ellos, los sociatas, sí que saben entender a los nacionatas, y no los 'fachas' del PP. Pues bien: llevamos tres años y medio de zapaterismo y Josu Jon Imaz ha terminado saliendo del PNV a garrotazo limpio. De momento, en Gara se frotan las manos.


Y es que, amigos de Batiburrillo y Red Liberal, mientras no entendamos que al nacionalismo sólo se le combate mediante la com-ple-ta res-tric-ción de privilegios y la to-tal pro-hi-bi-ción de todas las medidas anticonstitucionales perpetradas en sus respectivas comunidades autónomas (regiones, mejor dicho), no hay nada que hacer. Lo intentó el ineficaz Suárez, con las excarcelaciones de los polis-milis y ETA siguió matando; el corrupto Felipe, con sus pactos editoriales-prisaicos y el PNV siguió demostrando su rebeldía; el centrista Aznar, con un acuerdo de Gobierno y el PNV se echó en Estella al monte con ETA; el radical Zapatero, otorgando mercedes a go-gó y ya ven dónde han ido a parar los huesos de Josu Jon Imaz.

Bien. Suponemos que lección sabida, lección aprendida. Esperemos que el siguiente (¿Rajoy?) no vuelva a hacer el cantamañanas. Vana esperanza... En el PNV manda quien manda. Recuerden que para el polanquista Javier Arzallus, Joseba Arregui y Emilio Guevara eran entonces los michelines del partido. Vamos, la 'materia' sobrante. Y desde que el soberanista Ibarretxe apostó por el referéndum, con o sin pistolas de ETA sobre la mesa, trai-cio-nan-do su promesa de no mover un dedo al respecto hasta que ETA 'desapareciera' (?), Imaz no tenía nada que hacer. El Lehendakari había apostado claramente por las tesis de Eguibar, que aunque perdió las elecciones del partido, mantiene bastante poder dentro del mismo. Máxime si goza del apoyo del propio Ibarretxe.

Pero no se engañen. Ni siquiera Josu Jon Imaz, de quien se habla como un peneuvista moderado (excusen la contradictio in terminis; es para entendernos), un europeísta convencido, un heredero de Aguirre y Ajuriaguerra, un pactista nato, un apostador por la "transversalidad" (nacionalistas-no nacionalistas)... ni siquiera Imaz, repetimos, se libra de la peste etnonacionalista. Él no será un soberanista radical, pero es (ha sido) el presidente del Partido Nacionalista Vasco, un partido nacido al socaire de un racismo tan obsceno como el del NSDAP. Él sabría dónde estaba metido y qué idea tenía de 'Euzkadi'. ¿O no?

La silueta de un nuevo jenízaro emerge en toda esta crisis. Se trata del portavoz del EBB del PNV, Iñigo Urkullu. Un soberanista de tomo y lomo y un gran amiguete de ANV, que está liderando en estos instantes una burda ponencia política aprobada por unanimidad por la dirección jeltzale, en la que se aboga por "recuperar la soberanía nacional" y "avanzar en el desarrollo hacia la normalización política impulsando el derecho a decidir". Que nos explique en qué día perdió 'Euskadi' su 'soberanía nacional' o que acudan raudos los loqueros, por favor.

Un último dato. Fíjense qué personas van lenta pero inexorablemente desapareciendo de la primera línea de los partidos vascos (Rosa Díez, Redondo Terreros, Josu Jon Ímaz) y qué gentes permanecen (Eguiguren, Odón Elorza, Ibarretxe...) En este sentido, cabe reconocer que el PP está manteniendo en el País Vasco, al frente del partido, a gente valiente como ella sola. A cada cual, lo suyo...

Autor: Smith
Publicado el 13 de septiembre de 2007

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