Del mismo modo que a los españoles nos costó varios cientos de millones de euros en forma de regalos a los nacionalistas, más algún traidorzuelo de partido que se precisaba, a fin de que a Magdalena Álvarez no se la reprobara en el Congreso, ya que tal hecho suponía, de rebote, el menoscabo del gran timonel Rodríguez, ahora se ha sabido que el mismo sujeto manirroto está dispuesto a dilapidar 1.000 millones de euros al año en subvenciones a lo que se ha venido en llamar -al social-propagandista modo- "Casas verdes", que son esas viviendas, unas 125.000 al año, que recibirían una modesta ayuda, en relación al costo total, para acondicionarlas y que parcialmente funcionen con energía solar.
Un plan así, en el supuesto de que Zeta vuelva a ganar las elecciones y no acabe todo en otra de sus muchas promesas incumplidas -incumplimientos que sobrepasan de largo el centenar en la legislatura que finaliza-, representaría ahorrarle a la atmósfera la ridícula cifra del 0,025 % de las emisiones contaminantes de nuestros hogares en España. Eso sí, de paso hipotecaría en buena medida la inversión periódica de sus propietarios, pues no olvidemos que las instalaciones de energía solar poseen un promedio de vida útil de unos 10 años, siempre y cuando se realice en ellas el mantenimiento adecuado, lo que supone un gasto adicional para quien haya decidido transformar su vivienda en "Casa verde". Es decir, gasto sobre gasto como consecuencia de la golosina gubernativa ofrecida por el irresponsable Rodríguez. Y eso sin contar, para los amantes de los productos de casa, que la industria nacional de placas solares no estaría en condiciones de cubrir la demanda si ésta se generaliza.
¿Se imagina alguien lo que darían de sí esos mil millones anuales si se invirtieran en reforestación y limpieza de montes? Por poner un simple ejemplo: Solamente las emisiones de los numerosísimos incendios a la atmósfera suponen multiplicar por 500 o más esa risible cifra del 0,025 que la energía solar doméstica nos ahorraría. Es decir, unos montes en condiciones, bien reforestados, no sólo rebajarían sensiblemente las fumaradas esparcidas por los incendios en la capa baja de nuestro cielo -como es sabido interconectado en todo el planeta-, sino que al mismo tiempo aumentaría la producción de oxígeno y la merma del CO2. Incluso, en el caso de que a su vez se escogieran las zonas adecuadas, redundaría en un probable freno a esa desertización que igualmente asola una parte importante de España. Pero claro, si hablamos de ecologismo a la chita callando, como pueda ser la labor silenciosa y tenaz de cuidar nuestros montes, pensar en utilizar adecuadamente una partida de mil millones anuales -¡que se dice pronto!- sin sacarle en paralelo el rédito electoral apetecible, representa para el socialismo de Rodríguez algo así como ir en contra de sus principios.
Cuando un gobierno, como en el presente caso, no sabe distinguir cuáles son las prioridades a las que deben aplicarse unas partidas presupuestarias siempre limitadas, puede afirmarse con rotundidad que nos hallamos ante un grupo de incapaces. Y lo que es peor, estos sujetos demuestran ser no sólo deficientes en el logro de unos objetivos sensatos, sino tremendamente deshonestos al haber escogido que prevalezca la propaganda sobre la utilidad pública. El anuncio de tan lamentable proyecto destinado a la subvención con "dinero de nadie" y, en cualquier caso, a beneficiar a unos pocos, con independencia de que el plan "Casa verde" pudiera llevarse a cabo, debe ser catalogado simplemente de reclamo publicitario con vistas a las elecciones generales. Uno más de esa asfixiante campaña con la que el PSOE zapaterino pretende neutralizar el desgobierno y la torpeza generalizada exhibida en el último cuatrienio. Espero que el ciudadano tome nota de los planes derrochadores de esta gente y responda en las urnas.
Autor: Policronio
Publicado el 11 de diciembre de 2007
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