Rafael Sánchez Ferlosio |
Ya sabrán, y si no se lo recordamos, que Rafael Sánchez Ferlosio es uno de los miembros más destacados de la narrativa española de la generación del 50 e hijo del también escritor Rafael Sánchez Mazas, uno de los intelectuales falangistas más destacados de los años 30 y 40. Ocurre que Sánchez Ferlosio, consagrado a la fama por la novela El Jarama, no pierde ocasión para dejar bien patente su jaez progresista, quizás porque en su libro no se detuvo en las célebres tumbas de Paracuellos... del Jarama. Bien, nos dice don Rafael:
1) La guerra de Irak estaba preparada cuatro años antes de llevar a cabo el ataque. Ya. Seguro que el 11-S también estaba en la agenda estadounidense.
2) La intervención en Afganistán o Irak responde a que los americanos necesitaban demostrar que su país no se deja humillar tras los atentados del 11-S. ¡Hombre!, ¿pero no estaba preparado todo el tinglado desde 1999? Aclárese...
3) Lamento que los periódicos monten un espectáculo con el terrorismo y, después, preguntan a los españoles cuál es el mayor peligro que tiene el país. ¿Pero quién lo ha producido? Qué preguntas a estas alturas... El PP, el PP y el PP. Ah y Aznar.
4) Otegi está todos los días en la televisión, no tanto como Esperanza Aguirre, pero casi tanto como Esperanza Aguirre. Y eso es por la competencia entre los periódicos y porque están conchabados los periodistas y los políticos. Hombre, algo tendrá que ver la incompetencia del Gobierno, ¿no? Si estuviera encarcelado, muerto el perro se habría acabado la rabia. Pero bueno, como (casi) todas las teles son vuestras, vosotros veréis por qué los sacáis tanto.
5) Si hay una posibilidad de composición o de arreglo, habrá que hablar hasta con el diablo, dejando claro que hablar es una cosa, parlamentar otra y pactar otra. Por eso Zapatero habla, parlamenta, pacta, vende, se vende y se rinde. Por eso. ¿En qué cabeza cabe que ETA se va a entregar sin entregarle algo importante a cambio?
6) El ataque norteamericano a Afganistán tras el 11-S no fue legítima defensa, fue represalia diseñada para satisfacción de los norteamericanos que exigían un procedimiento espectacular, en fin, bombardeos. Qué memoria tan pobre la de este novelista demodé. La Guerra de 2001 en Afganistán (denominada por el mando estadounidense como "Operación Libertad Duradera") se inició ante la negativa del régimen talibán -que gobernaba Afganistán- de entregar a Osama bin Laden. Pequeño dato.
7) Es vergonzoso el apoyo que ofrecieron algunos intelectuales norteamericanos a la guerra. Fue una especie de extraña eyaculación de patriotismo que tienen. La diarrea mental de Ferlosio es aguda, aguda. Qué demócrata. El intelectual es progre o no lo es. ¡Viva la libertad!
8) Vivimos en un estado de guerra permanente desde que existe una industria del armamento permanente. Un estado en el que la fabricación de armas es una competición constante entre países. Qué coincidencia tan descarada con el pensamiento de ese gran pacifista universal, como es Fidel Castro, que sólo usa el rojo y el caqui como vestimenta habitual. Aquí te has terminado de retratar, progre rabioso y enrabietado, progre enragé.
Autor: Smith
Publicado el 23 de mayo de 2007
En la actualidad, su figura ha sido actualizada y ”revisada” en la novela y película del mismo nombre, “Soldados de Salamina”, en la que un rojo muy bueno, muy bueno, perdona su miserable vida, seguramente al no saber quién era.
Al salvar la vida de don Rafael, aquel rojo bueno, dio al mundo la oportunidad del surgimiento de una estirpe de la que sin duda hubiera estado orgulloso. Es muy común leer hoy que Sánchez Mazas fue olvidado por los suyos, pero reconocido por la progresía como padre de Sánchez Ferlosio, autor de “El Jarama”. Pues sepan que además es abuelo de Máximo Pradera, el “lo más plus” de lo progre, siempre al servicio del Polanquismo (qué gran capacidad tiene don Jesús del gran poder de rodearse de los niños de papá del franquismo, aunque al menos, en este proceloso viaje hacia la social-talantedemocracia, esta familia ha invertido alguna generación, otros han alcanzado tal condición directamente, furiosamente (enragé), de una verdad absoluta a la otra).
Teniendo en cuenta estos antecedentes, que el Sr. Sánchez Ferlosio califique de “vergonzoso” lo que pueda decir cualquier intelectual, por fuerte que haya sido, me parece un ejercicio de irresponsabilidad y una oportunidad para sacarle los colores a sus sonrosadas mejillas, recordándole algunos de los poemas de su padre. ¿O piensa, don Rafael, que la Guerra de Irak era más guerra, o peor guerra, que aquella que glosara su progenitor con sus “expresivos” versos?
Un saludo.
Pedro M.
Comentario destacado:
No hace suficiente justicia Smith con Rafael Sánchez Mazas calificándolo como “uno de los intelectuales falangistas más destacados”. Creo que convendríamos que fue el más destacado. No podemos ponderar adecuadamente su figura, si no conocemos que fue uno de los fundadores del periódico “El Fascio” y también de la Falange Española, nombre que precisamente él propuso para este partido político, además se le atribuye la autoría del lema “Arriba España” y por estas cosas, y otras muchas pasó a la posteridad como «el bardo oficial de la Falange».
Al salvar la vida de don Rafael, aquel rojo bueno, dio al mundo la oportunidad del surgimiento de una estirpe de la que sin duda hubiera estado orgulloso. Es muy común leer hoy que Sánchez Mazas fue olvidado por los suyos, pero reconocido por la progresía como padre de Sánchez Ferlosio, autor de “El Jarama”. Pues sepan que además es abuelo de Máximo Pradera, el “lo más plus” de lo progre, siempre al servicio del Polanquismo (qué gran capacidad tiene don Jesús del gran poder de rodearse de los niños de papá del franquismo, aunque al menos, en este proceloso viaje hacia la social-talantedemocracia, esta familia ha invertido alguna generación, otros han alcanzado tal condición directamente, furiosamente (enragé), de una verdad absoluta a la otra).
Teniendo en cuenta estos antecedentes, que el Sr. Sánchez Ferlosio califique de “vergonzoso” lo que pueda decir cualquier intelectual, por fuerte que haya sido, me parece un ejercicio de irresponsabilidad y una oportunidad para sacarle los colores a sus sonrosadas mejillas, recordándole algunos de los poemas de su padre. ¿O piensa, don Rafael, que la Guerra de Irak era más guerra, o peor guerra, que aquella que glosara su progenitor con sus “expresivos” versos?
Un saludo.
Pedro M.
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