En el tiempo que llevo escribiendo, que viene a coincidir con el periodo más fecundo de trastadas zapateriles, he renunciado de antemano a escribir sobre la memoria, sobre lo que otros recuerdan, sobre algo que no he vivido ni motiva mis recuerdos. Las palabras crean realidad, el lenguaje pervierte la verdad; y algo tan inofensivo como la memoria histórica se acuña para poner muertos encima de una mesa de juego que tiene al oponente maniatado.
Los que no hemos superado la treintena, no tenemos la necesidad de buscar nuestra identidad política en la pasión cromática de los dos bandos que arrasaron España en el periodo 1936-1939. Al invento lo han bautizado la Memoria Histórica, han creado comisiones, revisado procesos judiciales, concedido sustanciosas subvenciones; y esto sólo acabará cuando un Gobierno responsable pise el freno y pegue un volantazo a la revisión de la memoria amnésica.
Si como jóvenes, no haberlo vivido nos lleva a la ignorancia; y de ahí a la manipulación tan solo resta un editorial de El País; aquellos que de verdad se dejaron la piel, en el mejor de los casos, tienen demasiados golpes en la vida para que sea un niñato de cejas circunflejas el que los redima al final de sus días. Porque si por la herida ya han pasado otros cirujanos, con más oficio y peso, que optaron por dejarla que suavemente cicatrizara porque no existía riesgo de infección, el cirujano imprudente vuelve a poner en solfa el bisturí para abrir un asunto que quería ser olvidado.
Eso es el pulso de una sociedad, su afán de superación y sus ganas de progresar. Se mide en esa forma miope de enfocar la historia, la que sólo alumbra una parte, para dejar en el ostracismo la contraria. Quizá traer a colación cómo pasó de puntillas Felipe González por el cincuenta aniversario de la Guerra Civil, sea lo más oportuno para sacarle los colores a un Gobierno que se ha dado a la nostalgia. Hablan de proceso pero están estáticos, mientan el futuro pero ya han muerto, la memoria a media luz no funciona, en la oscuridad también hay movimiento.
Autor: Gonzalo J. Moreno (Firmas invitadas)
Publicado el 27 de abril de 2007
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