domingo, 10 de junio de 2018

Madrid, un triunfalismo absurdo

Conocido rey en cuyas victorias contra Roma iba perdiendo buena parte de su ejército y de sus aliados. Es decir, dilapidó un poder mal consolidado.

Mi primera impresión es que el PP ha dilapido estas elecciones al no haber motivado lo suficiente al electorado y al haber dado por perdidos a priori algunos territorios, como lo acredita ese escaso 53,8% de participación en Cataluña, por ejemplo, que aún ha sido más baja en la provincia de Barcelona, con el 51,19, y de risa en grandes ciudades como Badalona, 46,08%, de numerosa población castellano hablante. Y las ha perdido aunque los votos generales digan lo contrario. Qué más da si se gana en Madrid por goleada si en el mismo envite se pierde Navarra para la libertad. A Quién le interesa que en Valencia el PP se haya pasado de la raya, humillando a sus contrarios en las urnas, si Baleares deberá pasar a otras manos o seguir pendiente de la coalición con una tipa de lo más déspota. 


¿Cómo no se ha batido el cobre en Aragón, donde Marcel.lí aumenta su ventaja? Que alguien me explique qué ha pasado en Castilla-La Mancha y Extremadura, comunidades en las que nunca han faltado argumentos para desalojar del poder a los de siempre, y mucho más este año, que no se presentaban los dos caciques tradicionales. ¿Y Sevilla, capital en la que el sistema de gobierno estaba preñado de corrupción, de sobras conocida, y aun así seguirá mandando el mismo sujeto? ¿Y Vitoria, y Toledo, y Vigo… ciudades emblemáticas de sus respectivas comunidades? ¡Y tantas y tantas poblaciones pendientes de posibles pactos entre la izquierda y los nacionalistas o localistas!

Voy a ver si me hago a la idea un poco más a fondo de por dónde pueden cogerse estos resultados electorales, inicialmente decepcionantes entre los que no pierden de vista la realidad, porque de lo contrario debería ponerme a llorar ante la debacle de un partido al que no será fácil que se le pongan las cosas más a “guevo”, que es lo que tendrían que haber hecho los dirigentes del PP, llorar, además de comenzar a depurar algunas responsabilidades entre los asesores de la campaña. Pero no, está claro que en el PP no escarmientan, ni son capaces de ver todo el panorama en su conjunto, prefieren apelar a ese triunfalismo absurdo que nos están ofreciendo desde que se conocieron los datos de Madrid. 

Autor: Policronio
Publicado el 28 de mayo de 2007

Comentario destacado
Estimado Policronio, permíteme un breve comentario a lo escrito:
Estoy de acuerdo en una cosa, prefiero mil veces la reacción comedida de los líderes del PP en la noche electoral, que al desmesurado Rajoy del día siguiente, afirmando que habían sido los mejores resultados de su historia. Esta es una victoria del PP que debe tomarse con toda la cautela, porque debería haber sido más contundente, teniendo en cuenta los desmanes del zapaterismo.
Aunque tampoco en modo alguno habría que hacer una lectura tan pesimista de los resultados.

En primer lugar, comentar sobre mi tierra catalana, que no se puede perder lo que no se ha tenido nunca, la bolsa de voto castellano-parlante que se menciona, es por lo general votante de izquierda que se ha quedado en casa, que por muy enfadado que esté, difícilmente va a dar acomodo a su voto en las alforjas del Partido Popular.

Creo que los resultados del PP en Barcelona son encomiables dadas las dificultades con las que se topa Alberto Fernández Díaz cada día: El ninguneo de los medios de comunicación del oasis catalán, el acoso y derribo de sus rivales como si fueran la oposición del único partido que hace oposición, los atentados físicos y verbales que ha sufrido en sus actos de campaña y el escollo de tener a Piqué de líder, hace que su formación comparezca a una partida donde las cartas están marcadas. Para entender lo que pasa en Catalunya, solo hay que recordar que aquí hay candidatos de partidos “serios”, con opciones de gobernar, que se permiten ir al notario para demostrar su compromiso a no pactar con los políticos del PP, como si de apestados se tratasen.

En el caso concreto de Badalona, se cometería una injusticia con Xavier García Albiol si se tildaran sus resultados como negativos. Como he dicho antes no se puede esperar del votante tradicional del PSOE que no ha votado esta vez, que en un giro acrobático ahora vote al PP. Pese a todo aumenta dos ediles, crece 4,5 puntos e incrementa sus votos en una ciudad donde prácticamente todos los partidos los pierden. Lo que creo, es un gran resultado de este joven candidato que ha protagonizado una agresiva y valiente campaña, y es una esperanza de futuro del partido, tan necesitado de talentos en estos lares. Del mismo modo que al Rayo Vallecano no se le exige que gane la Champions, no sería justo pedirle al PP que ganara en Catalunya, teniendo en cuenta todos estos condicionantes.

En los otros casos que se mencionan, no tengo tanto conocimiento directo, pero sería interesante tener una lectura global de ciertos datos para analizar los resultados de modo conveniente. Probablemente en Aragón y Castilla-La Mancha, el PP pierde votos que gana en Valencia y Murcia, ya que son zonas en las que el debate por el agua es definitivo para muchos votantes. El PP mantiene la misma política hidrológica en todas estas comunidades y paga su coherencia. Pese a eso, aplaudo que no se usen componendas y que tengamos perfectamente claro lo que hará Rajoy en este tema, caso de llegar a la Moncloa. Si eso le cuesta votos, lo siento.

En Extremadura y Sevilla se luchaba contra un partido que utiliza todos los resortes de un poder omnímodo desde hace una infinidad de tiempo, aunque como se dice, hubieran sido deseables unos mejores resultados.

Resultados que también podrían haber sido mejores en Toledo, Vigo, Baleares o Pamplona, pero no hay que olvidar que en todas ellas, se gana rozando la mayoría absoluta, se sube en votos y porcentaje, y solo la mejor tendencia del partido socialista a pactar puede hacer perder al PP estas capitales. Digámoslo claro, se le está pidiendo al PP, que es un partido de oposición, y por lo tanto no tiene los resortes para hacer una campaña tan intensa como sus rivales, que no solamente les gane, sino que lo haga con mayorías absolutas.

La lectura más inquietante es la de Vitoria y por lo general, la de todo el País Vasco. En aquellos lugares, no se les puede pedir a los candidatos del PP que hagan más de lo que hacen, puesto que se juegan el cuello en la jugada. Si han cosechado malos resultados, y por el contrario, el giro de los socialistas de Redondo a Rojo les ha dado buenos réditos, en el País Vasco se ha podido perder mucho más que una capital o unas elecciones.

Un saludo.
Pedro M.

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