Existe un personaje surrealista que tiene por nombre Víctor Guerra. Víctor Guerra es un maestro del GODF que suele dedicarse a escribir sobre temas relacionados con la masonería y el republicanismo desde una óptica paramasónica. O sea, surrealista. Esta semana, en La Nueva España, ha escrito una carta a la alcaldesa de Gijón, su ciudad natal, "al comprobar cómo mi ciudad y mi alcaldesa han dado la espalda a la recuperación de la memoria histórica".
Este surrealista francmasón presenta una queja surrealista: "un acto que contó con la presencia de exiliados e hijos de exiliados, llegándose a contabilizar a unas 110 personas que se desplazaron desde el sur de Francia, por sus propios medios y en base a sus particulares peculios, por lo cual su estancia y actos no le han costado ni un duro al Consistorio, sino todo lo contrario, puesto que se sufragaron su estancia de tres días en ésta su ciudad, debía haber tenido, por tu parte, otra respuesta que una escueta llamada de tu gabinete de prensa". Claro, don Víctor, claro... Así que doña Paz Fernández Felgueroso, Ilustre Alcaldesa del Ayuntamiento de Gijón, para más señas sociata que compagina su cargo en la alcaldía con el de vicepresidenta de Cajastur -¿dónde quedó el socialismo re-al y la "honradez" del Partido de Pablo Iglesias?- tenía que dedicar su tiempo a los responsables de cosas sumamente desagradables que ocurrieron hace setenta años. Surrealista, ¿no les parece?
Prosigue: "Tal vez pueda parecerte banal tal cuestión, pero el Gran Oriente de Francia está indisolublemente unido a esta ciudad, ya que las dos primeras logias que dieron vida a la masonería asturiana (1850-1871) y estuvieron bajo los auspicios de esta obediencia, el Gran Oriente de Francia... El Gran Oriente de Francia, como la potencia masónica liberal europea más importante, con más de cincuenta mil asociados, con una nueva logia en Gijón que desarrolla sus trabajos desde hace más de cuatro años y que lleva por título distintivo el de una de las mujeres más importantes de Gijón, la librepensadora Rosario de Acuña. Es una asociación que forma parte del tejido asociativo de esta ciudad y, por tanto, creo que tales cuestiones se merecían algo más que un escueto mensaje". Esto es muy bueno. Qué desfachatez. Un enmandilado que pide que los políticos de una ciudad presten atención a una sociedad iniciática, secreta y ocultista que sólo saca a la luz lo que le interesa. Alucinante. Surrealista.
"El proyecto de la memoria histórica y la reconciliación que tu partido quiere, y que tú misma preconizas, tienen en este tipo de contestaciones el sello de su fracaso, porque ante nosotros y la ciudadanía las palabras y los actos deben tener una justa compenetración, y el desaire que ha sufrido el Gran Oriente de Francia, la logia «Rosario de Acuña», y los numerosos asistentes al citado acto de reconciliación y reconocimiento moral de aquellos hombres y mujeres que murieron por la democracia ha sido grande y desagradable". Desvergüenza que no falte. Memoria histórica y reconocimiento a la masonería en la que militaba en grado 33 gente tan siniestra como Manuel Muñoz Martínez, el creador del tristemente "célebre" Comité Provincial de Investigación Pública. Lo que hay que leer...
"No sé cómo expresar mi enfado por tanto desaire, no sólo por su parte y por parte del Consistorio gijonés, que no han podido o querido estar con los francmasones que subieron hasta el Sucu a realizar su peculiar homenaje, y máxime cuando tantos masones han sido miembros de su Ayuntamiento en tiempos pasados y aún siguen vinculados a través de las generaciones que hoy se sientan en el Consistorio, pues algunos de ellos, de derechas o izquierdas, están relacionados a través de abuelos o bisabuelos con los «hijos de la viuda»". El cacao mental de esta gente es terrible. Por un lado conferencias, libros, entrevistas... en las que llenan tiempo y espacio repitiendo como loros que la masonería no tiene nada que ver con la política ni le interesa especialmente. Por el otro, se pretende vincular a un consistorio como el de Gijón con la hermandad secreta.
En fin, más de lo mismo. Un sectario como Fernández Bermejo diría: "luchamos contra los padres y ahora nos toca hacerlo contra los hijos (o nietos)". Que con su pan se lo coman.
Autor: Smith
Publicado el 16 de febrero de 2007
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