Augusto Pinochet Ugarte |
Hubo un tiempo en el que me prometí a mí mismo celebrar a lo grande
la muerte del dictador Pinochet. Ayer, pasados unos cuantos años de
esa promesa, debo confesar que no sentí ni frío ni calor, cero
grados de tristeza o de alegría, al enterarme del fallecimiento del
general chileno. ¿Qué ha cambiado entretanto que justifique
semejante bandazo emotivo ante la desaparición de un déspota? La
respuesta es elemental: Un más amplio conocimiento de lo que
realmente sucedió en Chile, desde la llegada al poder de Salvador
Allende, en 1970, hasta el año 1988, fecha en la que mediante un
referéndum Pinochet cesó en la presidencia de la República
chilena.
Se podrá alegar que mi posición ignora expresamente la maldad de
alguien que castigó innecesariamente a los ciudadanos de Chile, y
comprendo a quien así lo piense. Pero precisamente porque creo que
ese país pudo haber sido sometido a un castigo mucho mayor si la
revolución comunista de Allende hubiese triunfado, es por lo que
ahora me muestro tibio ante la desaparición de quien logró
evitarlo. Los chilenos asesinados que se le atribuyen a Pinochet,
muchos de ellos caídos en su condición de pro y contra
revolucionarios, aun cuando representan un tremendo drama para
cualquier mentalidad sensible con la vida de sus semejantes, en mi
opinión son una cifra ingentemente inferior a la de las personas que
el régimen comunista podría haber eliminado para que Allende se
hubiese perpetuado en el poder.
Y si hablamos de los millones robados por el general al pueblo
chileno, algo que tampoco justifico en modo alguno, me da por pensar
en esa Cuba de Castro, el cuate de Allende que ha mantenido su mismo
estilo y que aparece en lugares de honor de la lista Forbes, que de
un modo galopante ha ido empobreciendo la isla, expulsando de ella a
más de dos millones de cubanos (que podían haber sido chilenos) y
fusilando, encarcelando y torturando a miles de disidentes. A todo
esto, Chile se ha convertido en la nación más rica de Sudamérica.
Sí, creo que al final será la muerte del tirano Castro la que
celebraré a lo grande.
Autor: Policronio
Publicado el 11 de diciembre de 2006
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