En estas fechas correspondería escribir uno de esos largos artículos que resumen lo más destacado de cuanto ha sucedido en el año que finaliza, pero no lo voy a hacer porque el concepto "destacado" incluye lo positivo o lo relevante y nada hay de positivo en la detestable actuación de un gobierno socialista que ha encaminado a mi patria, España, a lo más bajo del prestigio internacional, casi al aislamiento, así como a la arbitrariedad permanente en las relaciones con las comunidades autónomas -entre sí y ante el Estado- y a sembrar hacia los ciudadanos cuanta cizaña ha convenido a estos energúmenos y rencorosos que ahora ocupan el poder.
De todo ello sólo hay un culpable claro, Rodríguez Zapatero. Pero también unos cuantos centenares de cómplices, que son esos socialistas deshonestos que cuentan con alguna capacidad de decisión y que, a sabiendas de que están secundando a un radical de lo más dañino, se muestran intimidados ante la posibilidad de decirle que no a cualquiera de sus nefastas propuestas, por no llamarlas imposiciones. Sí, tan culpable como quien los preside son esos socialistas que callan y asienten a diario ante quien, a la postre, ha venido a ser un auténtico totalitario y un paranoico, además de un majadero.
España necesita deshacerse cuanto antes de este tipo de gobiernos tan desastrosos. Creo que sólo están contentos los separatistas, los comunistas del ala más zafia y esa parte de la población que no quiere calentarse la cabeza a la hora de pensar en política, por lo que suelen anteponer la idea de que todos los partidos son iguales y seguirán votando o respaldando a un individuo torpe, acomplejado, vacío, demagogo y farsante hasta la saciedad. El resto de los mortales, entre los que me incluyo, no solamente abominaremos cuanto haga falta de un gobierno así, sino que haremos todo lo que esté en nuestras manos para difundir lo poco que nos conviene a los españoles permanecer bajo el capricho de un necio semejante.
Este es, pues, el resumen que yo podría hacer del año transcurrido: Una gran ocasión perdida para ser un poco mejores, más felices y más prósperos. Un año que el gobierno socialista, por el contrario, ha dedicado intensamente a todo tipo de labores destructivas o cobardes, como podría ser ese malnacido proyecto de echarse en brazos de los terroristas etarras. Es evidente, por lo tanto, que mi deseo para el 2007 sólo puede ser uno: Que desaparezca ZP de nuestras vidas, a poder ser mediante elecciones anticipadas, o al menos que se le vaya conociendo más a fondo con vista a las generales de 2008. Porque si los españoles lo conociéramos lo suficiente, estoy seguro que en esas elecciones sufriría una aplastante derrota. Sí, es cuanto deseo, que ZP se retire a su casa y se dedique allí a cuidar el jardín. Claro que no sé yo si incluso para eso valdría un fulano tan inepto, pero al menos no nos amargaría la vida.
Autor: Policronio
Publicado el 27 de diciembre de 2006
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