martes, 15 de mayo de 2018

En respuesta a Emilio, el respondedor

De Diego afirma que “la página más negra del periodismo español es la utilización de las víctimas para vender periódicos y ganar dinero”. 

Reconozco que mi compañero Smith tiene sus cosas, como todos las tenemos y no por ello vamos de exquisitos por la vida. Y no lo digo por ti, querido Emilio, o por tu respuesta a Smith en el blog Freelancecorner [blog desaparecido], sino por ese director que tienes en el programa de Intereconomía al que, desde muy lejos, puede advertírsele el talante omnímodo y el ego rodilla en tierra, presto a saltar sobre la yugular de otros comunicadores con mucho más fondo intelectual, caso de Losantos y Vidal, por ejemplo.


Si a eso le sumamos que se le adivinan más envidias que razones en el cuartucho de los micrófonos donde ejerce, que más que locutorio diríase "envidiatorio", entonces habremos llegado a la conclusión de que De Diego, a partir de unas características poco favorables para impartir doctrina anti COPE, anti Losantos, anti Vidal y anti cualquiera que posea audiencia o venda periódicos, merece a su vez ser criticado no por la teoría "anticonspirativa" que defiende, válida como la que más si fuese "limpia", sino por la estopa que le endilga, como argumento esencial de sus peroratas, a los que piensan de distinto modo y llevan varios años trabajando para que se sepa la verdad del 11-M, que es exactamente lo que no ha hecho el gobierno socialista y de ahí que los de la línea COPE y LD hayan acabado por sacar a la luz otras teorías.  Sí, sí, la culpa es del Gobierno, así de claro. Incluso si no llueve, je, je.

De donde se deduce que la crítica a un individuo así, de tan dual comportamiento: quintacolumnista a tiempo parcial y a favor de los poderes públicos que instruyen el aberrante sumario "plan A" o "españolo guaposo" que intercala arengas en pro de una nueva Reconquista (literal), y que avisa siempre sobre el rodeo al que tiene sometido a ZP "plan Z" se convierte en una segunda línea de autodefensa para los que no comulgamos con la bochornosa versión oficial y, sobre todo, para los que observamos mayor coherencia, evolución investigadora y continuidad argumental en Losantos, Luis del Pino y muchos otros, como por ejemplo Paz Digital.  

¿Fue acertada la crítica de Smith a vuestra sesión radiofónica aludida?, quizá no para algunos o quizá sólo en parte -debo confesar que a mí no me molestó-, pero si se considera que esa sesión pertenece a un conjunto de emisiones donde no se ha dejado títere con cabeza y al personal de la COPE se le ha dicho de todo menos bonito y se le ha sometido a un intenso bombardeo de fuego "amigo", entonces deduzco que los cuatro párrafos de Smith constituyen como mucho un pecadillo venial. Pero lo cierto es que esa tontuna de mi compañero el "facha" -sólo te ha faltado llamarlo así- es simple llovizna en el campo en contraposición a los estridentes programas de "El País de las Maravillas" dirigidos por De Diego, muchos de los cuales he podido escuchar asombrado, atónito de lo que oía, y en los que ante todo destacaron tus clamorosos silencios. No siempre te has callado con De Diego, sea dicho en honor a la verdad, pero cuando sí lo has hecho esos silencios sonaron atronadores.

Da la sensación, querido Emilio, que alguien como tú, que comenzó en su bitácora una serie de artículos en contra de la versión oficial sobre el 11-M, sin que pasases de la segunda entrega, haya sido convencido de que la razón se encuentra en otra parte. Lo siento por ti, como tú debes sentirlo por mí cuando leas estas líneas en apoyo de mi colega de Batiburrillo, si es que llegas a leerlas. Y aún así, contra la inquina de terceros, creo sinceramente que en tu caso y en el mío aún prevalece lo liberal y que a ambos nos sigue entusiasmando, quizá más a ti como profesional que eres, el cumplimiento estricto de la ley, tema de fondo de cuantas polémicas comienzan a surgir y que sin duda afectan de lleno a ese 11-M que llevó al poder a un gobierno que nos tiene a todos medio enfermos. 

Autor: Policronio
Publicado el 13 de febrero de 2007

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