sábado, 5 de mayo de 2018

El virus de la lenteja

No sería de extrañar que algún listo asegurara que la imagen se corresponde con el virus de la lenteja.

¿A qué no sabes cuántos afectados por el virus de la lenteja hubo el pasado año 2006? Ninguno, exactamente ninguno, porque me lo acabo de inventar. Bien. Pues ahora imagina que la bromita se le ocurre a un burócrata con presupuesto y ganas de presentar una ejecución cien por cien. Publica una Orden Ministerial, donde pomposamente se hace cargo de los estragos que entre la población está causando el virus de la lenteja y que el Estado del Bienestar y bla, bla, bla, no puede ignorar la situación y que el derecho a la salud es un derecho de rango constitucional y más bla, bla, bla, y toda la monserga.


Y en su virtud, se establecen una serie de ayudas a los afectados... Y, por supuesto, severísimas sanciones a los propagadores. Se establecen laboratorios homologados para su detección, cuya tasa de homologación ni te cuento a cuanto asciende. Se establece toda una normativa procedimental para el reconocimiento de las ayudas, dando cuenta de los documentos iniciadores del procedimiento y toda la demás parafernalia administrativista. Pues eso, el primer mes de vigencia de la Orden Ministerial tenemos más o menos trescientos mil afectados por el inexistente virus de la lenteja.

A todo ello, como las subvenciones son sustanciosas, hay elecciones a la vista y dinero fresco, las mafias médicas han dicho que maricón el último. Y ya tenemos a prestigiosos médicos certificando en papel oficial que, indudablemente, fulanito, aquejado de anemia, porque las legumbres, que quieres que te diga, es comida de pobres, padece el virus de la lenteja y además con secuelas gravísimas, que pagan más. Pues en eso consiste la "Memoria Histórica". Un mal inventado, pero que está dando de comer a más de un gandul.

Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 4 de enero de 2007

Nota: No me he podido resistir a elevar a la categoría de artículo este genial comentario de nuestro buen amigo Carlos J. Muñoz
Policronio

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