El hospital 12 de octubre de Madrid ha dejado de ser hospital para incluir entre sus huéspedes a un ilustre etarra, al que tienen en un ala habilitada al efecto y con vigilancia policial permanente:
-¿Traumatología, por favor?
-Primera planta, pasillo derecha, enfrente del bunker del etarra.
Se han gastado en correajes, para atarlo a la cama, el presupuesto de los pijamas y como siga haciéndose fotos de pose se lo va a llevar una pulmonía, en lugar de la inanición autoprovocada. El caso es que sin que se enteren policías, enfermeras, médicos, celadores y limpiadoras han entrado los periodistas de The Times y le han soplado una señora entrevista al asesino de 25 españoles. Los ingleses echando una mano como siempre, por arriba o por abajo.
Nadie sabe como han entrado. Nadie sabe como le han hecho la foto, para que la cuelguen en el siguiente teatrillo que monten en el frontón de Bilbao. Pero ahí estaba D. Ignacio, con la misma cara de odio amargo de siempre. Y para que se airee bien la represión del Estado en exclusiva del Gara, en pelota picada y enseñando las famélicas costillas que le infringe violentamente el totalitarismo español. Pero eso sí, con más orgullo que D. Rodrigo en la horca.
Y que me perdone D. Rodrigo Calderón por la comparación, porque las 50 manos manchadas de sangre española nada tienen que ver con los atropellos que sufrió por culpa de su señor el duque de Lerma, pero el refranero español está para lo que está. Aunque sea para despreciar a este pobre hombre; mártir regalado de radicales sin educación, símbolo de la negritud del alma y la sinrazón del corazón, alma miserable y gesto de terror.
Autor: Jorge Juan (firmas invitadas)
Publicado el 6 de febrero de 2007
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