Alberto Reig Tapia |
Les confieso que he estado largo tiempo deseando escribir un artículo sobre el personaje en cuestión, pero la propia mediocridad que lo caracteriza desaconsejaba tal extremo. Hubiera sido como hablarles de Zutano o Mengano. Se hubieran encogido de hombros preguntándose ¿de quién nos habla este señor? Pero lo cierto es que, recientemente, el tal Alberto ha pasado de ser un simple catedrático de una asignatura anodina, en una universidad segundona de una pequeña capital de provincia, a transmutarse en ANTI-MOA, ¡paladín de la historiografía patria y azote del "Revisionismo-establishment"! Y, ahora sí. Ahora el personaje ya tiene el empaque para merecer estas modestas líneas y yo la posibilidad de hablarles de él.
No hablaré de su libro, no podría. Para ello tendría que leérmelo -puesto que yo leo las obras que critico- y ese es un ejercicio, que aunque fuera en aras del interés científico, no estoy dispuesto a sufrir. Espero me disculparán. No me atrevo porque me he tragado algunos de sus enrevesados artículos y no alcanzo a imaginar el esfuerzo que supondría pasar a mayores (unas 500 "peñáginas" tiene el librito de marras). Ya cometí el error con el precursor del señor Reig, el primer, y aunque fallido, genuino ANTI-MOA, el inefable Moradiellos, y no soy el mismo desde entonces. No, con un "ladrillazo" tengo bastante. Además es el propio Moa, quien está respondiendo punto por punto al libro en una brillante serie de artículos que se vienen publicando en Libertad Digital.
Como primera aproximación, advierto que por más que busco en el currículo del Sr. Reig Tapía en Internet, no alcanzo a cerciorarme de que sea efectivamente licenciado en historia. No se me entienda mal, no digo que no lo sea, simplemente que el redactado de varias biografías suyas colgadas en la red, es vago y equivoco en ese aspecto. Aventuro que lo es, pues se entendería mal que quién chulescamente otorga y quita patentes de historiador a los demás, adoleciera de las mismas limitaciones que critica en otros (1).
Claro que habiéndose dado cuenta que alguno de sus más estimados colegas no pasarían el corte, nos otorga recientemente una nueva definición de HISTORIADOR, más voluntariosa (2): Aquellos estudiosos e investigadores debidamente reconocidos por sus títulos académicos o, lo que es mucho más importante, por sus aportaciones historiográficas así consideradas por quienes han sido acreditados por su propia obra y así les es reconocida por sus pares.
Es decir, conseguirá ser historiador el que al Sr. Reig y a sus "pares" les apetezca. ¿Cómo se entiende esta actitud siciliana de protección de "la Familia"? Muy sencillo, don Alberto es catedrático de universidad.
El mismo Reig califica a los catedráticos - grupo al que pertenece- como una pléyade de "caciques", "que no piensan en la universidad más que como plataforma de promoción política", integrantes de una "endogamia", "un sistema con tendencias auto-degenerativas, donde el principal valor no es aspirar a ser el mejor", sino, como en las organizaciones mafiosas: "uno de los nuestros" (3). Probablemente lo dice con gran conocimiento de causa y en virtud de estas palabras se entienden perfectamente ciertas actitudes.
Sea historiador, catedrático, mafioso, cacique, o lo que le venga en gana a él y a sus "pares", no debe ser un profesional serio. Porque según el, si lo fuera "respondería a don Pío con el silencio (4), y no es precisamente esta vía la elegida por el cátedro Tapia. No, la opción-Reig, es la del Héroe, el ANTI-MOA, que sabedor de que "la historia es secuestrada del templo de la inteligencia" tiene que "arrebatársela a los traficantes", para "devolverla" al noble santuario en el que habita"(5). No es cachondeo, esto lo ha escrito así, con todas las letras el increíble Reig Tapia.
Haciendo un repaso a los títulos de sus obras, se llega a la conclusión que la especialidad histórica elegida por don ANTI-MOA es la Guerra Civil y el Franquismo. Pero, ¿serán buenos sus libros?, ¿será él, un buen historiador? Uno se cuestiona si alguien que declara que "ir contra Franco" le parece "no ya una tarea placentera, sino deber cívico ineludible" (4) puede aproximarse al tema con la ecuanimidad y ausencia de prejuicios que correspondería a un profesional serio (aunque habíamos quedado que no lo era, ¿no?). Uno duda si no se descalifica el autor a sí mismo y a los libros que escribe, haciendo esta declaración de principios. Uno teme que estos comentarios reducen a la categoría de panfletaria toda la producción del héroe historiográfico.
Pero vayamos más allá. Por qué esta inquina fuera de lo racional hacia todo lo que huele a franquista. En un progresista sectario de los que abundan en la actualidad en tertulias más o menos rigurosas, es natural y hasta da puntos manifestarse así. Pero en el erudito mundo académico, un investigador que se precie, aunque en su interior sea tan o más sectario que aquellos, acrecienta el descrédito significarse así. ¿A que arriesgar todo eso?
Puede que saber que don Alberto es hijo del otrora director del NODO franquista, máximo canal divulgativo de la propaganda del Régimen franquista, potenciador de sus virtudes, ocultador de sus defectos y manipulador absoluto a favor del ideario fascista, y ello nos ayude a comprender. ¿Es Reig, hijo de Reig, deudor de su pasado y por eso quiera pasar como el más antifranquista de los antifranquistas para purgar su culpa? Quién sabe, pero conociendo esto, se nos disipan muchas dudas.
Autor: Pedro Villa Isorna
Publicado el 21 de diciembre de 2006
NOTAS:
(1) ENTREVISTA CON REIG TAPIA por Luís Marchal (El Plural 03/11/2006) "Se creen el máximo exponente de los historiadores actuales y, desde mi punto de vista, no pasan de publicistas incontinentes".
(2) ¿QUÉ ES UN HISTORIADOR? Réplica al Anti Moa por Pío Moa (Libertad digital 06/11/2006)
(3) LA ENDOGAMIA UNIVERSITARIA por Alberto Reig Tapia (El País 27/06/2004)
(4) QUOSQUE TANDEM PÍO MOA? por Alberto Reig Tapia (Ruedo ibérico 29/06/2003)
(5) LA HISTORIA ES UN CAMPO DE BATALLA por Justo Serna (Los archivos de Justo Serna 15/11/2006)
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