Dice Otegi que Batasuna debe acudir a las elecciones para que siga el “proceso”. ¡Pues que no siga, rediez! ¿A quién le interesa ese pacto sórdido al que llaman proceso? ¿Por qué no tienen valor para llamarlo por su verdadero nombre? Anda que no hay palabras en castellano para definir lo que es una bajada de pantalones a cargo del Gobierno de una nación de primera fila, como es España, ante una caterva de mafiosos y asesinos. Me juego lo que sea que si buscásemos saldrían, como mínimo, veintitantos vocablos perfectamente explicativos de lo que no es más que una rendición como consecuencia de un chantaje. Un chantaje, por cierto, del que no tengo nada claro si la amenaza de los etarras es volver a matar o descubrir el pastel del 1-M.
¿Analizamos la situación? Vamos a ello, al fin y al cabo ahora mismo no tengo nada mejor que hacer y supongo que ustedes tampoco:
Supongamos que Zapatero se cae de la cama, se da un golpe en la cabeza y recobra el buen juicio. Al cabo de un rato, cuando Rubalcaba llega a despachar con el Presidente, éste le dice: “Oye, Alfredo, he estado pensando (en este punto el de Interior se pone pálido) y creo que deberíamos darle su merecido a los de ETA-Batasuna. Porque nosotros no tenemos nada que ocultar (en ese punto, la faz de Alfredo pasa del pálido al rojo intenso) y si esas alimañas vuelven a los asesinatos los iremos cazando a lazo y los meteremos entre rejas. Y además, le propondremos al PP que se habilite la cadena perpetua para los delitos de terrorismo con sangre”.
-¿Entonces qué sugieres, Presidente? —fue la pregunta de Rubalcaba.
-Pues mira, Alfredo, en cuanto a Interior, ya puedes tocar a rebato contra la ETA y los batasunos. A partir de ahora nada de cuartelillo ni siquiera a los de la kale borroka y nada de avisos para que se escapen. Todo lo contrario, ¡a por ellos! Quiero 200 nuevos etarras en la cárcel, con cargos abundantes, antes de las elecciones de mayo. Y a Otegi y su pandilla los pescas también a la primera ocasión en que se reúnan.
-¿Y de qué va a servirnos si luego Cándido no los procesa o pide la pena mínima?
-¿Que no?…, ¡ahora verás!
ZP coge el teléfono y pide que le pongan con Bermejo y luego con Cándido, el fiscal general. Mientras, Rubalcaba no cesa de pellizcarse para cerciorarse de que sea cierto lo que está viendo. El ministro oye cómo les va diciendo lo mismo: “¡A por ETA desde ya!”. Por si fuese poco, y aquí es cuando al calvo Rubalcaba casi le da una lipotimia, escucha al Presidente comentándole su decisión al director de El País y al de la Cadena Ser. Incluso, hay un momento en el que Alfredo creer haberle oído a Zapatero que decía algo así: “Me importa tres leches lo que opine Cebrián. Si quieres lo consultas y si no quieres ya hablaré yo con Polanco, pero El País y la SER deben comenzar mañana mismo una campaña a favor de mi nueva postura respecto al terrorismo etarra”.
ZP realiza una declaración solemne, en el sentido de que se ha terminado cualquier diálogo con la ETA. La banda declara roto el alto el fuego y se producen hasta cuatro atentados en un mes, con cinco muertos y dos docenas de heridos, seguidos de manifestaciones multitudinarias, semejantes a las habidas cuando el asesinato de Miguel Ángel Blanco, que igualmente se producen en toda España. De hecho, en esas semanas no hay medio de comunicación que no proclame a ZP como un gobernante con gran pundonor y coraje. Toda la propaganda de estos años a favor de la indignidad del pacto con la ETA, que ha sido muchísima, se vuelve del revés y ahora se decanta por la lucha total contra la bestia etarra. ZP sube como la espuma en las encuestas.
Pregunta, ¿por qué no hace algo así el Gobierno, suponiendo que el chantaje de la ETA sea el de volver a matar? ¿Tanto le importan unos muertos más a ZP? Respuesta: No, no le importan un comino, el chantaje es otro muy distinto. ¡Sí, sí, ese que usted está pensando!
Autor: Policronio
Publicado el 12 de marzo de 2007
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