La última trastada del capítulo de la mal llamada "Memoria Histórica", que verdaderamente es anti-histórica, la ha protagonizado la ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación, Elena Espinosa, que ha subrayado que la inauguración de la galería de retratos de ministros de Agricultura de la II República es un acto de reconocimiento a una parte "muy importante" de la historia de España y al trabajo desempeñado al frente del Departamento de Agricultura en esa época. Alucinante.
Cualquier entendido medio en Historia de la II República -no hace falta ser Edward Malefakis- podría afirmar tranquilamente que:
1º La II República no resolvió ni uno solo de los problemas del campesinado español.
2º La II República se caracterizó por una conflictividad social sin precedentes en el campo.
3º No se pasó tanta hambre en el campo español durante el siglo XX, como en la II República.
4º La gran mayoría de ministros de Agricultura republicanos, centroderecha incluida, resultaron ser unos perfectos inútiles.
5º Los últimos meses del régimen masónico, los del Frente Popular, se caracterizaron ya por una oleada de invasiones de fincas en la mitad sur de España por los hambrientos campesinos.
6º Si acaso, se podría salvar algo la gestión del ministro cedista Giménez Fernández, cuya entrada en el gabinete fue recibida con una guerra civil en 1934 por parte de las hordas proletarizantes domeñadas por la UGT, el PSOE y el PCE.
7º Fruto del sectarismo de los diferentes ministros agrícolas y de Manuel Azaña, empeñados en centrar el tema en expropiaciones de todo tipo, la República terminó como empezó: exigiendo la mayoría de los partidos la reforma agraria que nunca llevaron a cabo.
Esto es, amigos de Batiburrillo y Red Liberal, una vergüenza. La República por la República. La República hasta en la sopa. ¿Estamos ante un sectarismo natural entre los progres o ante determinadas instrucciones de logia?
Autor: Smith
Publicado el 21 de septiembre de 2006

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