domingo, 15 de abril de 2018

El locutor ácido bórico

Iñaki Gabilondo, conocido en su día como "El locutor ácido bórico" debido a la toxicidad y sectarismo de sus informaciones. 

Gabilondo afirmó no hace mucho que Jiménez Losantos hace radioveneno, a lo que añadió: "Lo que está pasando en la radio en los últimos años, como consecuencia de esta pelea encarnizada está resultando altamente peligroso. Lo que está pasando en los medios de comunicación, básicamente en la radio, a mí me parece muy peligroso: es guerracivilista, es enfrentador, es provocador, incendia la sociedad".

La pelea encarnizada, mi sectario amigo, aparte de que no la inició Losantos puede ser entendida perfectamente como la defensa de ciertos valores -pongamos la democracia- que los tuyos vienen destruyendo con especial saña en los últimos años. Lo ha dejado claro el cardenal Amigo mediante una frase de réplica a Gabilondo que hago mía: La COPE está haciendo un magnífico servicio a la democracia española. Luego ese guerracivilismo que usas a modo de reproche -menuda guasa- es un concepto acuñado por la izquierda radical ahora en el poder, que pretende a toda costa y por la puerta grande volver a unos tiempos que reivindica como propios, de los que se considera heredera y así lo declara mientras quiere venderlos  farsantemente como un período democrático ideal. Cuando en realidad tú y yo sabemos que la II República no encerró más que opresión y violencia iniciadas por esa ideología con la que simpatizas y de la que has venido cobrando como el mercenario que siempre has sido.


Es curioso que hable de tal modo, por otra parte, quien no tuvo reparos a la hora de secundar cuanta falsedad beneficiaba a sus amos -terroristas suicidas con varias capas de calzoncillos- o mostrarse cómplice -agitación subversiva y totalitaria del período de reflexión previo a las elecciones- con las emisiones propagandísticas, casi revolucionarias, que se emitieron desde la SER y otros medios de PRISA, con retransmisiones en directo, alentando con descaro a la población, sobre los acosos e intentos de asalto a las sedes del PP. No, no le ha bastado a Gabilondo, ese locutor ácido bórico dispuesto siempre al uso de la intoxicación, con dedicar buena parte de su vida a tapar las vergüenzas a cuantos socialistas corruptos y criminales -a saber cuántos han quedado impunes- campaban a sus anchas en la era González-GAL. No, no le ha bastado para convencerse que defiende una causa tan escabrosa como indigna ni muestra síntoma alguno de arrepentimiento. 

Gabilondo, como buen chusquero vocacional de la manipulación sectaria, se ha vuelto recalcitrante con el tiempo y el mucho dinero ganado al servicio de Polanco -lo que equivale a decir al servicio de la hipocresía y la desigualdad ante la Ley- no le basta para irse en paz a su casa y dedicarse a escribir unas memorias que hagan justicia a los personajes de su época. Memorias que, de ser escritas con honradez -cualidad que no sé yo si un personaje tan maleado puede llegar a poseer en lo más recóndito-, deberían versar sobre las innumerables fechorías socialistas que él conoce: las que ha tergiversado por mandato de la superioridad cuando fueron denunciadas y las que ha tapado desde los medios que dirigía, fuese en la televisión o en la radio.

No, sospecho que Gabilondo será más bien de los que finalice sus días alertando sobre el fascismo de la derecha española, puritita coartada-eslogan de resultados eficaces a toda prueba, que la izquierda viene usando como una especie de conjuro para tapar toda la podredumbre ideológica durante sus más de 100 años de desvarío. No hay más que comprobar, al efecto, el grado de ácida parcialidad exhibida por el personaje en sendas declaraciones públicas: Se despide acusando a Losantos de lo que él ha hecho durante tantos años, eso sí, con vocecita de nene bueno -léase cinismo- y ataca a la COPE por permitir que albergue en su cadena de emisoras un equipo informativo no acorde a su visión del mundo, o sea, la progresista, farsante término usado para encubrir el fascismo en estado puro, el de esa izquierda totalitaria que se declara roja, como ZP, y que, además, obedece a un patrón multimillonario en euros comenzado a enriquecerse en pleno franquismo.

Autor: Policronio
Publicado el 26 de septiembre de 2006

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