lunes, 2 de abril de 2018

Cuando a un progre le llamas "progre"

Los intelectuales somos muy reaccionarios, y son más reaccionarios los que presumen de progres. Francisco Ayala. Así, pues, qué decir de Polanco, el rey de los progres.

¿Qué te puede pasar cuando a un progre le llamas "progre"? Pues que va un humorista sin sentido del humor y te responde: "eres un retrógrado, ignorante y chungo". Nos partimos de la risa con el sentido del humor de estos izquierdistas, oigan. Y eso que no han podido evitar la descripción pictórica del "progre": pelo largo e indumentaria tristona. Es lo que hay.


Los progres, como diría nuestro "príncipe liberal", son sencillamente liberticidas, teorizadores del odio, sectarios a medio desprogramar y cansos por saturación. Siempre hay una causa progre para defender: indigenismo, terrorismo, revolución, ecologismo, talibanismo, antisionismo, liberacionismo... y una "causa" capitalista contra la que arremeter: globalización, multinacionales, represión, opresión, destrucción de la naturaleza, librecambismo, riquezas, etc. El caso es estar ahí, dando la lata.

Lo peor de todo es que los "progres" suelen terminar cediendo a las tentaciones "neofascistas" (lo decimos porque a algún memo se le ocurrió la brillante idea de decir que el fascismo era la última etapa del capitalismo imperialista). Ahí están Ana Belén y Víctor Manuel, comunistas cuando IU era algo; socialistas con Zapatero: los pobres socialcomunistas viven en una urbanización de lujo madrileña; el todopoderoso Bono (de U2), que ha pasado del rock antiglobal a formar parte del accionariado de una biblia del capitalismo; José Luis Rodríguez Zapatero, que presume de rojo, utópico, y no sé cuantas tonterías más, pero que ha elegido una mansión real para veranear; otro pro-gre de pro, el portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, Rafael Simancas, al que no le importó en su día sacrificar sus ideales marxistas para obtener una plusvalía de unos 370 mil eurejos de nada; y qué decir del rey de la progresía hispánica, don Jesús de Polanco, el tercer hombres más rico de España, con una fortuna calculada de 2.800 millones de dólares.

El verdadero objetivo de los mandamases de las tribus progresistas no es más que hacerse de oro mientras se arruina a los demás. Si no, pregunten por Fidel Castro. La mejor manera para cumplir con estos objetivos, actuar con principios liberticidas y hundir las sociedades bajo los escombros del odio y la destrucción. No tienen otro camino. El de los progres. Sí, pro-gres.

Autor: Smith
Publicado el 11 de agosto de 2006

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