domingo, 1 de abril de 2018

11-M: los errores de Enrique de Diego

Enrique de Diego.

Desde hace tiempo Enrique de Diego viene arremetiendo contra cierto sector mediático y político de la derecha española porque está cometiendo un grave "delito": cuestionar la actual versión oficial de los hechos acaecidos aquel trágico 11-M del 2004. Tanto desde Radio Intereconomía, como desde el semanario Época, De Diego viene descalificando sin ton ni son a quienes creen que detrás de los terribles atentados del 11-M se esconden determinados agentes terroristas, policiales y políticos que nada tienen que ver con el terrorismo islámico, aunque este fuera parte del brazo ejecutor de las matanzas.


Hoy hemos leído un artículo insertado en el semanario Época (enlace roto), en el que no hace falta ser un experto en la materia del 11-M para darse cuenta hasta qué punto puede desbarrar la clase periodística española que, para más inri, presume de no ser "maricomplejines", término que alguna vez leímos a otro "anti-conspiranoico" de pro, que había inventado Freelance Corner (enlace roto), asiduo colaborador del programa de radio de Enrique de Diego en Intereconomía. Pero vayamos al artículo, insertado en La crónica política de la revista bajo el título obre el PP y el 11-M (enlace roto:

Para los populares, las teorías revisionistas son un arma de doble filo. Empezamos con disparates y descalificaciones. ¿Qué es una "teoría revisionista"? Si la primera versión de los acontecimientos la dio el Ministerio del Interior dirigido por Ángel Acebes, "revisionistas" deberían ser los enemigos del PP, ¿no? Es muy fácil arrojar a los demás descalificaciones que encierran -¿lo sabrá De Diego?- claras connotaciones nacionalsocialistas. Diríase, por ejemplo que, desde el punto de vista histórico, quienes llaman a Pío Moa o César Vidal "revisionistas" son los revisionistas de verdad, puesto que pusieron en tela de juicio los datos aportados inicialmente por los historiadores De la Cierva, Arrarás o Fernández Almagro.

Le resultaría difícil al PP entrar en la teoría conspirativa máxima sobre el 11 M sin tener en cuenta que tanto la masacre, como las investigaciones, como el asalto a la casa de Leganés se hicieron bajo su Gobierno, con mandos policiales nombrados por el gabinete Aznar y por el ministro Acebes. Ya. También Augusto Pinochet era un mando militar nombrado por Salvador Allende. ¿Es que es imposible e impensable que existieran agentes infiltrados en Interior con unos objetivos diferentes a los de la cúpula del ministerio? ¿Acaso no hubo refriegas internas dentro del CESID a raíz de la participación de España en Afganistán?

Aunque consta que cargos policiales próximos al PSOE filtraban sistemáticamente información a Ferraz sobre inseguridad ciudadana, y mantuvieron informada sistemáticamente a la dirección del PSOE sobre las investigaciones entre el 11 y el 14 de marzo, la posibilidad de que un supuesto grupo policial dejara hacer una masacre, mientras se disponía a poco menos que secuestrar a un grupo de delincuentes musulmanes para asesinarlos como pantalla en Leganés resulta imposible de desarrollarse, en una estructura jerarquizada sin la complicidad de toda la cúpula policial o sin que el equipo de Interior del PP pasara a la historia como el más incompetente del mundo mundial. Nos explique don Enrique cómo es que el 11-M dio origen a los primeros terroristas "suicidas" que se suicidan con posterioridad a un atentado, sin inmolarse y en un piso cutre de los extrarradios de una capital de un país. Lo que hay que hacer es aportar datos y eso es lo que hacen lenta, pero inexorablemente el diario El Mundo y Libertad Digital. Pero claro, que De Diego parece preferir lanzar la piedra y esconder la mano, porque ¿qué datos aporta para defender sus tesis? Poquitos. Él sí que se apoya en conjeturas y no aporta nada.

Al frente del operativo de Leganés estaba Jesús de la Morena, Comisario General de Información, un policía de la plena confianza de Acebes y de amplio prestigio. Ya, pero explíquenos cómo es posible que los suicidas no manchasen de sangre las paredes del piso de Leganés al estallar o qué sentido tiene que lo hicieran tres semanas después al atentado. Algo huele mal y no es "revisionismo" sino sentido común.

Tampoco entiendo algunas de las preguntas de Alicia Castro, a la que voy a tratar con condescendencia, del tipo de quien ordenó el asalto en el piso de Leganés, que podría saber con facilidad preguntándole al secretario general de su partido que era entonces ministro del Interior. Se supone que Acebes sería consultado sobre el asalto y lo aprobaría, o sería informado de sus pormenores por sus cargos policiales de confianza, que fueron quienes estuvieron en todo momento al frente del operativo. Y todo ésto, ¿en qué cambia la línea argumental? Ya sabemos que el asalto al piso de los "suicidas" fue llevado a cabo por órdenes de los jefes del Ministerio del Interior, pero eso no cambia nada las cosas, puesto que los terroristas siguen siendo unos extraños suicidas que no se inmolaron el día del atentado, como es habitual (perdón, "norma") y no está nada claro en absoluto las circunstancias de los "suicidios".

Por cierto, la teoría conspirativa máxima parece necesitar que los integristas no intentaran volar el AVE Madrid-Sevilla. ¿Por qué? Sencillo. Según la teoría conspirativa máxima, El Chino, El Tunecino y demás criminales fueron pobres inocentes a los que una oscura conspiración -de la que desconocemos todo y ni tan siquiera se apunta una pista- sacrificaron, llevándose por delante, de paso, al Geo, Francisco Javier Torronteras. Hombre, pues el Chino era muy conocido entre el vecindario de Leganés porque les había prestado en ocasiones su moto. No era un islamista radical sino un delincuente de poca monta como el resto de la cuadrilla. Era un viejo conocido de la policía marroquí. Lo habían condenado a cuatro años de cárcel en Marruecos por un asesinato relacionado con el tráfico de drogas y había cumplido dos años y medio de condena. Su ficha aparece en todos los servicios policiales europeos por sus raterías. Como que para dirigir este entramado no, Enrique, no.

Si Enrique de Diego quiere poner en tela de juicio las hipótesis de las investigaciones que capitanea Luis del Pino, nos parece perfecto. Pero por favor: primero, que no descalifique al tun tun ("revisionistas", etc...) y luego, que proponga una visión del atentado mínimamente respaldada con datos. A partir de ahí, se podrá entrar a debatir sobre el atentado con un mínimo de rigor.

Autor: Smith
Publicado el 8 de agosto de 2006

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