Sin convocar la Comisión de secretos oficiales, sin convocar el Pacto Antiterrorista y sin comparecer ante los diputados, sino frente a los periodistas, Zapatero sí que ha cumplido los plazos que le marcó ETA de comparecer durante el mes de junio.
Aunque parezca paradógico, Zapatero ha anunciado el inicio de conversaciones con ETA "manteniendo el principio de que las cuestiones políticas sólo se resuelven con los representantes de la soberanía popular". Primera tontería: si las cuestiones políticas sólo se resuelven entre políticos, ¿porque nos habla Zapatero de estas "cuestiones" si estamos hablando del final del terrorismo?
La tercera también es para nota: "El futuro de Euskadi exige un gran acuerdo de convivencia política", según Zapatero. Que un disolvente francmasón de corte kerenskiano lo diga, es natural. Que un Presidente del Gobierno que, se supone, confía en la Constitución y el Estatuto de Guernica lo diga, ya no lo es tanto. El "acuerdo de convivencia", señor constituyente, señor anticonstitucional, ridículo Zapatero, se fijó en 1978 para toda España y cualquier otra idea en esta dirección implica traicionar a España y a los españoles.
Autor: Smith
Publicado el 29 de junio de 2006
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