viernes, 16 de marzo de 2018

Rajoy, grandote y pasmadote

Mariano Rajoy, cuya frecuente cara de espantadizo compungido delata su afición a no hacer nada y su vocación al "ya escampará".

Habló Zapatero el sábado pasado, lo hizo en un mitin de su partido y anunció la penúltima traición al estado de derecho: La negociación con los criminales de ETA a sabiendas de que, salvo asesinar, siguen como siempre en sus actuaciones y aspiraciones totalitarias, kale borroka, amenazas y extorsiones incluidas. Bien, hasta aquí todo normal, es lo que cabe esperar de un fulano que sólo Dios sabe cómo ha llegado donde está y, lo que es aún peor, nadie entiende cómo es posible que le respalde un partido socialista del que estoy convencido que aún cuenta con una amplia mayoría de personas decentes. Equivocadas, pero decentes. Timoratas, pero decentes. Ignorantes, pero decentes. Salvo los indecentes y miserables que manejan al resto, claro.



Y hablando de timoratos, manda narices que haya tenido que ser el animoso presidente de la AVT quien haya contestado en primer lugar a Zapatero, cuando la respuesta casi inmediata debería de habérsela dado Rajoy. Pues no, no ha sido así. La réplica al embustero ZP, que trata de confundirnos a todos asegurando que se dan las condiciones para negociar con los mafiosos del terror vasco, se la ha dado Acebes y además sin demasiado entusiasmo. Digamos que en plan rutinario y leyendo lo que decía, no fuese a saltarse una coma de ese guión centrista que más de uno considera no de perfil bajo sino subterráneo. Vamos, de trinchera. Por no decir de madriguera repleta de agazapados que permanecen allí con la intención de no molestar y que los francotiradores de la izquierda les olviden cuanto antes.

¿Dónde demonios está Rajoy que no da la cara en asuntos de tal gravedad? Mariano, “miarma”, si no te ves capaz de partirte el pecho con un tipo como ZP, cuyo comportamiento embaucador y antisistema nos lleva directamente a la Guerra Civil, haz el puñetero favor de cederle tu puesto a otro que tenga bemoles, porque resulta que te estás comportando con tanta prudencia —hay quien lo llamaría cobardía— que cualquiera diría que el infame Rubalcaba tiene las pruebas de que fuiste tú el que dio la orden de los atentados del 11-M y te chantajea. Cuando lo más seguro es que sea al revés.

Sí, sí, de acuerdo en que está muy bien querer conservar a los votantes moderados y cuando se profieren palabras gruesas y se proponen actitudes combativas, de calle, puede llegar a perderse una buena parte de esos votantes. Lo que pasa es que con esa actitud de desaparecido en combate que ahora profesas, mientras que el bobo de solemnidad no para de hacer una fechoría tras otra, al final no es que vayas a perder los votos de los moderados, es que no va a quedar nada donde gobernar y como mucho llegarás a presidir uno de los 367 territorios, seguramente el más pequeño, en los que sin duda va a fragmentarse esa cosa extraña y antigua que algunos, empecinados, seguimos llamando España.

De modo que déjate ya de bailes de salón, de los que sin duda eres un virtuoso, sobre todo cuando se celebran en el Congreso, y toma nota del coraje de tu amigo Alcaraz, pequeñito pero matón, que a diferencia de ti, grandote y pasmadote, ha reaccionado como el rayo y con la intensidad adecuada a juicio, como mínimo, de los que consiga reunir en la manifestación que debías haber convocado tú al minuto siguiente de que ZP anunciase su alevosa propuesta de Baracaldo.

Publicado el 22 de mayo de 2006

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