jueves, 29 de marzo de 2018

Liberalismo vs castrismo

El Instituto Juan de Mariana (IJM) es un think tank de orientación liberal con sede en Madrid fundado en el año 2005. Sus objetivos son, según sus estatutos, «dar a conocer al gran público español, europeo y latinoamericano, los beneficios que para los intereses generales proporcionan la propiedad privada, la libre iniciativa empresarial y la limitación del ámbito de actuación de los poderes públicos». Fuente: Wikipedia

El último artículo de Pablo Molina en el Instituto Juan de Mariana pone de relieve, con palmaria nitidez, las ventajas del liberalismo político y económico sobre el resto de sistemas: "ningún sistema político respetuoso con los derechos de sus ciudadanos ha prescindido de un orden económico similar a lo que hoy conocemos como el libre mercado". Lo cierto es que no se conoce un solo país que no se haya desarrollado convenientemente sin respetar la libertad de elección, la propiedad privada, la libertad de empresa, la libre competencia o la acumulación de capitales. Pero si hay alguien que lo conozca, que lo apunte en los comentarios de este post y lo estudiaremos.


El caso es que, a raíz de conocerse la operación intestinal del batasuno Fidel Castro, el dictador más longevo de la Historia reciente y el mayor exportador de terrorismo internacional durante décadas, se ha abierto una puerta a la esperanza. Aunque la transición democrática a la libertad, ni siquiera está garantizada con la desaparición del momio comunistoide. Ahí está su hermano Raúl. Ya saben que la izquierda, a pesar de su odio feroz a la institución familiar, es muy dada al nepotismo.

Desde el punto de vista económico, el castrismo representa la antítesis del liberalismo. El gobierno revolucionario que se hizo con el poder en 1959 nacionalizó cerca del 90% de las industrias y casi el 70% de los terrenos agrícolas de Cuba. Con esta premisa, el fracaso estaba más que garantizado. De tal guisa que, el régimen marxista dirigido por el hermano de Raúl, tuvo que sobrevivir a base de créditos y subvenciones de la -afortunadamente- extinta U.R.S.S. Y como ya saben que muerto el perro se acabó la rabia, desde 1990 Cuba ha agudizado sus contradicciones económicas, por lo que el régimen tuvo que tolerar la inversión de empresas privadas en un centenar largo de actividades económicas. Un poco como la NEP de Lenin: tras el atasco, un impulso al país con las "malvadas" prácticas capitalistas. Y, como con la NEP leninista, las tenues privatizaciones en Cuba han supuesto una experiencia limitada y supeditada a la economía planificada. Y como la NEP leninista, a pesar de la marcha atrás, el atasco económico permanece. El año 2005, por ejemplo, ha sido un año repleto de problemas derivados del déficit de generación eléctrica, a causa del envejecimiento de las plantas termoeléctricas, muchas de ellas con tecnología del desaparecido campo socialista.

¿Y saben por qué le pasa ésto a los amigos de los totalitarios españoles? Porque no leen a Pablo Molina.

Autor: Smith
Publicado el 2 de agosto de 2006

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