En la desastrosa II República Española sucedió un incidente protagonizado por el teniente coronel ultraizquierdista y grado 33º Julio Mangada Rosenhorn, alias "Campilán". Este personaje, un tanto desequilibrado, desairó públicamente el 27 de junio de 1932 al jefe del Estado Mayor Central, general Goded. Este, en un discurso en el que había pedido a la oficialidad que se alejara de las luchas políticas "que empequeñecen la misión del militar" cerró su intervención con estas palabras: "Ahora sólo me resta dar un viva España y nada más". Contestaron todos los oficiales menos el teniente coronel Mangada, que hizo público alarde de su silencio y de su enojo. Y como Goded le censurara por su comportamiento, Mangada replicó en forma descompuesta y con palabras ofensivas, oído lo cual por el jefe de la División, general Villegas, le ordenó, por medio de un ayudante, que se constituyera arrestado en su residencia del campamento. El grado 33, al escuchar la orden, se despojó airadamente de su guerrera, la arrojó al suelo junto con el gorro y montó un numerito.
Hoy nos hemos enterado que el alcalde socialista de Segovia, Pedro Arahuetes, y el subdelegado del Gobierno -socialista- en Segovia, Juan Luis Gordo, abandonaron un acto cuando el general Alfredo Pardo de Santayana, ex jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME), al parecer brindó por el Rey, como garante de la unidad de España, frente a una posible ruptura territorial. Esto de la "unidad de España" definitivamente no es cosa de la izquierda. Sencillamente les molesta. Tienen un complejo con este asunto que no han logrado superar.
¿Se dan cuenta por el camino que van las cosas?
Autor: Smith
Publicado el 18 de junio de 2006
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