domingo, 25 de febrero de 2018

Las comparaciones de la Esquerra

Castillo de Montjuïc

Hasta dónde llega el sectarismo de la Esquerra que acaba de comparar al actual ministro de Defensa, José Bono, con Franco. Dicen los antijuancarlistas catalanes que Bono está desobedeciendo al Gobierno y «haciendo de carcoma en relación a la cesión del castillo [de Montjuïc] a la ciudad de Barcelona». El segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, el jacobino independentista Jordi Portabella, apuntó que «en los términos en que se ha realizado hasta ahora, muchos de los condicionantes que existen son los mismos que en 1960 puso Franco para la cesión del Castillo de Montjuïc al Ayuntamiento de Barcelona». Así, explicó que «tiene muchos paralelismos» con la cesión de Franco en que «cedía sólo una parte del castillo y en esta parte encima condicionaba los posible usos por parte de la ciudadanía y del Ayuntamiento».


Tiene gracia esta gente de la Esquerra. Están obsesionados con remover un pasado que, debieran darse cuenta de una vez por todas, deja a Franco como una hermanita de la caridad al lado de los Companys y Cía de la II República. Mire, jacobino Portabella: si en tiempos de Franco 2+2 eran 4, suponemos que los profesores de matemáticas actuales no serán "franquistas" porque sigan afirmando que 2+2 son 4. Y si en tiempos de Franco se hacían desfiles militares, suponemos que hoy en día no serán "franquistas" Juan Carlos, el JEMAD, el JEME o el JEMA porque siga habiendo desfiles militares. Y si Franco condicionaba los posible usos del citado castillo por parte de la ciudadanía y del Ayuntamiento, aunque el Ministerio de Defensa haga lo mismo actualmente ello no quiere decir que el señor Bono sea franquista, de la misma manera que Companys era tan responsable de los fusilamientos de católicos y españoles en la Cataluña estatutaria y republicana de la Guerra Civil como Franco de los de la zona nacional. ¿O acaso era franquista el señor Companys y no nos habíamos enterado?

Así es la Esquerra Sectaria de Cataluña. Dice este personajillo de tres al cuarto que la obligación de mantener las tres banderas -española, catalana y barcelonesa- en el Castillo supone «una enorme provocación, porque existe un ley que rige que las banderas tienen que estar en las administraciones públicas, y poniendo en el texto este término está buscando que se abra una guerra de banderas, porque no es lo mismo poner en un anteproyecto de ley que tienen que ir unas banderas, que sacarlo». Portabella no se entera. Si se enterara de que vive en un sistema constitucional, parlamentario y democrático tendría un poco más de respeto hacia la bandera nacional, la española, como le tenemos los demás hacia "su" bandera regional, la catalana. Si al señor Portabella le supone una "enorme provocación" que ondeen en el Castillo de Montjuïc las tres banderas naturalmente representativas de un barcelonés (la de su ciudad, región y nación), lo que tiene que hacer es coger los bártulos, abandonar la política y dejar a los barceloneses en paz. Porque las cosas son como son y Barcelona es una ciudad catalana y, por ende, española. Con Franco y con Bono; con Felipe III y con Felipe González. Pero ni Bono es Franco ni el socio de Polanko es un Austria. ¿Se entera?

Autor: Smith
Publicado el 27 de febrero de 2006

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