jueves, 15 de febrero de 2018

La masonería española también debe pedir perdón

Desfile masónico en Tenerife

Los masones quieren que se restituyan a la secreta orden laicista (enlace error) los bienes inmuebles y dinero requisados por el departamento de Servicios Especiales durante el período de 1937 a 1940. Pobrecillos, nos quieren tomar el pelo. ¿Y qué pasa cuando la masonería nos quiere tomar el pelo? Pues que todavía queda gente con un par de narices, como Marcos Gutiérrez Sanjuán que se pregunta: ¿La masonería española debe pedir perdón?


Porque claro, si hay que hacer un balance de una sociedad, en este caso la masonería, habrá que estudiar el activo y el pasivo de la misma. Ocurre que los masones hacen trampas y piden que se les restituya a ellos determinados bienes inmuebles y dinero, pero no se hacen cargo de las víctimas de aquel período ineludiblemente atribuibles a los masones.

- Por ejemplo, en el golpe de estado de los dos partidos más masónicos de la época, el PSOE y la Esquerra, contra el Gobierno democrático en 1934, que costó la vida a más de 1400 españoles, muchos de ellos inocentes como los 14 frailes de Turón (Asturias).

- Por ejemplo, el asesinato de Calvo Sotelo, en el que según el testimonio (diario El País, 26 de septiembre de 1978) de don Urbano Orad de la Torre, Inspector General del Gran Oriente, participó de forma decisiva la orden secreta. No se olvide que 1. El Jefe del Estado, Manuel Azaña; 2. El jefe de Gobierno, Casares Quiroga; 3. El Presidente de las Cortes, Martínez Barrio; 4. El ministro de Estado, Augusto Barcia; 5. El director general de Seguridad, Alonso Mallol; 6. El Jefe del cuartel de Asalto Pontejos, del que partió la camioneta que llevaba a los criminales, Ricardo Burillo; 7. El jefe del grupo secuestrador, Fernando Condés... eran todos masones. El contexto masónico del crimen es inapelable y las amenazas de muerte más directas contra Calvo Sotelo, fueron proferidas en las Cortes por el francmasón Casares Quiroga, alias "Saint Just".

- Por ejemplo, los miles de asesinatos de los que fue responsable directo el grado 33º de la masonería, Manuel Muñoz Martínez, a la sazón director general de Seguridad de la zona republicana durante la guerra civil y que entregaba los presos a las milicias socialistas para su fusilamiento; y que creó infinidad de checas en Madrid; y que ordenó la entrega de varios centenares de presos que venían en un tren de Jaén a los milicianos radicales.

¿Qué ocurre cuando la masonería nos toma el pelo? Pues que hay que recordarle todas estas cosas y otras muchas más. Las que haga falta. Menos victimismos baratos, señores cofrades. La Historia fue la que fue.

Autor: Smith
Publicado el 15 de enero de 2006

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