viernes, 9 de febrero de 2018

España traicionada

Mientras sus colegas de la Alianza Atlántica practican la tertulia al concluir la sesión, el presidente del Gobierno de España simula que lee unos papeles. Sin duda la imagen habla por sí misma.

Son tantas las torpezas, desidias, favoritismos e incumplimientos que el gobierno socialista de Zapatero ha cometido en menos de dos años, que en el caso de pretender escribir un artículo bien documentado no tendría más remedio que anotar varias docenas de enlaces en cada párrafo, enlaces que ejemplificarían las bajezas continuadas de este Gobierno. Y eso, para los lectores habituales de Batiburrillo, convertiría mi escrito en indigesto. De modo que renuncio a documentar nada, en la creencia de que quienes entran en esta bitácora conocen tan bien o mejor que yo los tiempos alterados y fraudulentos que vivimos.


No hay ministerio ni ministro que se salve, mejor dicho, todos actúan al estilo del sálvese quien pueda. Si a eso le sumamos que nos hallamos ante un presidente cobarde, interesado, incapaz y mentiroso -muy mentiroso-, que se encuentra rodeado de serviles y dogmáticos, sin que la inmensa mayoría del pueblo aún se percate de esa situación ni crea que deba echarse a la calle para recordárselo a todas horas como se merece -apenas tres manifestaciones blanditas en dos años-, entonces es que no tenemos solución alguna y España, como realidad multi centenaria de un gran conjunto de ciudadanos, está condenada a vivir una nueva etapa de miseria ideológica, moral y económica que a todas luces conducirá a su desvertebración si no a algo peor.

Zapatero está traicionando a la patria española de tres modos distintos y complementarios:

1. Se vende a las minorías sociales más alborotadoras, como los homosexuales, los artistas (¿?) o los intelectuales (¿?), y elabora leyes inmorales para contentarlos o, en más de un caso, enriquecerlos con el dinero de todos.

2. Claudica ante los nacionalismos, como el catalán, el vasco o el gallego, y admite con ellos una relación de igualdad, de nación a nación, que desembocará en graves fracturas sociales, territoriales y económicas.

3. Traiciona a las víctimas del terrorismo al negociar con los etarras, sin que le importen un comino los familiares de los 900 fallecidos -más de 1.000 si añadimos los del 11-M- o los miles de afectados directos que lograron sobrevivir entre pesadilla y pesadilla. Todo ello determina una simbiosis negativa y deshonesta que aviva día a día la desmoralización ciudadana, hace que experimentemos una funesta sensación de impotencia y que no andemos muy alejados de tirar la toalla. 

Conozco, incluso -lo cito como ejemplo de alguien que ya la ha tirado- a quien está haciendo cuentas para intentar sobrevivir en su pequeño pueblo, con un modesto terrenito cultivado donde, en espera de tiempos mejores, llegado el caso obtendrá lo esencial para la subsistencia de su familia. Porque ese es el siguiente paso, el desabastecimiento de lo esencial, cuando una nación no funciona y todo el mundo va a ver lo que saca para sí. Parece exagerado, pero es bien cierto. Estoy convencido que otra legislatura ganada por ZP y esa inmensa mayoría de medios periodísticos que lo llevaron en volandas a La Moncloa, probablemente nos meterían de lleno en el hambre y la carencia de lo más básico, inicialmente en las grandes ciudades. Ya se experimentó cierto ensayo general del desabastecimiento como consecuencia de las numerosas huelgas recientes.

No me extrañaría nada, por otra parte, que comenzase a propagarse la especie del granjero autosuficiente como defensa ante el desastroso panorama que hoy se divisa. Porque muchos que conozco ya no creen posible contemplar en vida una España mejor, más unida, más eficiente, más rica y más culta. Consideran que el solar patrio quedará poco menos que en barbecho tras el paso del borrascoso Zapatero y su insaciable corte de depredadores. Cuanto más hablo de todo ello con las personas allegadas y más me informo de la realidad política que soportamos, más me persuado de que serán nuestros hijos o nietos quienes deberán refundar una nación española en cuyos libros de Historia se definirá a la era ZP como La Aborrecible. Sí, es evidente que tanta infamia ha ocasionado ya una generación perdida en grandes áreas de nuestra patria común. No es preciso citarlas.

Parece impropio que en vísperas navideñas deba escribir un artículo tan pesimista, pero reconozco que me ha decantado a ello el hecho de informarme hoy sobre un cuarto frente en el que Zapatero también traiciona a nuestra patria y se rinde sin luchar: Europa. El Presidente de todos los españoles, pusilánime como siempre y servil ante el delincuente gabacho, no ha hecho nada para defender nuestros intereses en la Cumbre europea y, como consecuencia de semejante dejadez, deberemos pagar mucho más que otros países, como por ejemplo Francia, Alemania y Reino Unido, que cuentan con recursos muy por encima de los nuestros. Eso sí, con la actitud falsaria que caracteriza a la izquierda en el poder, se nos ha querido vender el resultado como un gran triunfo para España. ¡Miserables!

¿Hay algo, pues, en este gobierno socialista que invite al optimismo o, al menos, a una cierta moderación? Quienes puedan leer este artículo -tres o cuatro personas en estos días de asueto-, por favor, decidme que estoy confundido y que todo marcha razonablemente bien. Y si es posible, puestos a pedir lo más difícil, facilitadme algún ejemplo de bonanza o eficacia gubernamental, siquiera sea como regalo navideño.  

Publicado el 18 de diciembre de 2005

PD: Como puede observarse en la imagen de cabecera, Zapatero también nos aisló en la cumbre de la Alianza Atlántica.

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