Cuando un gobierno es tan incompetente como el que ahora tenemos, es decir, cuando se comprueban las calamitosas consecuencias de la “alegría” de sus proyectos legislativos, muchas veces suele ser demasiado tarde para ponerle remedio a la pérdida de vidas o a situaciones de miseria, desamparo o abusos. He aquí un par de noticias que guardan relación entre sí y que su origen cabe atribuirle a la espantosa ley de emigración aprobada por el frívolo gobierno de Zapatero. Ley sobre la que alertaron en su día varios países de la Unión Europea, conscientes de que redundaría negativamente en sus territorios, por cuanto la norma significaba un alarmante efecto llamada:
1. ABC: "Decenas de miles de personas esperan turno en Mauritania para embarcar hacia Canarias". De esta noticia me gustaría destacar un hecho extremadamente doloroso: “Calcula la organización humanitaria que en las últimas semanas habían desaparecido o muerto, entre 1.200 y 1.400 inmigrantes en el mar”. La pregunta surge de inmediato. Si en varias semanas superan los 1.000 el número de fallecidos, ¿cuántos han debido de ser desde que se aprobó la Ley? ¿20.000, 30.000? ¿A nadie se le remuerde la conciencia en un gobierno que se dice socialista?
2. ABC: "El PP denuncia un incremento de la tasa de delitos del 7 por ciento en el último año". Y de esta otra, entresaco el siguiente párrafo que habla por sí solo: “Un informe hecho público por la Asociación de Mujeres Progresistas de Andalucía reveló que el 98 por ciento de las prostitutas que ejercen en la región son extranjeras y más del 90 por ciento se encuentran en la Comunidad en situación irregular. Según este estudio, las 58.591 mujeres que ejercen la prostitución en clubes y casas de citas en la región generan unos 1.770.315.568 euros anuales. La mayoría tienen cargas familiares y les gustaría dejar la prostitución”.
Pero no importa, todo sea por el talante y la “alianza de civilizaciones”. Qué más da si los muertos se cuentan por miles y la mafia de la prostitución se apodera de unas mujeres que llegan a España en las condiciones más lamentables y aquí se las explota a conciencia. Qué importa si la delincuencia no cesa de crecer y crecer por todas partes, y lo hace como consecuencia de una irresponsabilidad legislativa que ha permitido la entrada de cientos de miles de personas con una mano detrás y otra delante. El Gobierno, me temo, sólo podría justificar esas circunstancias tan lamentables desde la desidia más absoluta que ha seguido a su torpeza inicial. Parece que nada vaya con ellos. Ni las plantillas de la Policía o la Guardia Civil se aumentan al ritmo adecuado -salvo los mozos de escuadra y los hertzianas-, ni los tribunales son capaces de poner entre rejas o expulsar del país a los reincidentes. Falta de todo, hasta la vergüenza. ¡Sólo interesan el Estatut y la OPA de Gas Natural!
Publicado el 8 de marzo de 2006
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