sábado, 24 de febrero de 2018

El frentepopulista bananero


No, no crean que vamos a escribir sobre Chávez, Castro o Morales. Vamos a hacerlo sobre José Luis Rodríguez Zapatero, un personaje de mentalidad, ideología y sentimiento frentepopulista y bananero, a quien los yihadistas tuvieron la habilidad de poner al frente del Gobierno de España para dar paso a la descomposición nacional tan deseada por los enemigos de España. Porque España, ahora que Zapatero y Rubalcaba se han convertido en unos “patriotas de billetera” con el tema Endesa, conviene recordar que también tiene enemigos. Como EEUU, Gran Bretaña, Israel… solo que a los enemigos externos hay que añadir las termitas y cucarachas internas.


Vaya por delante nuestra disculpa por aquellos posts en los que hemos tildado de manera inexacta a Rodríguez Zapatero como “neofrentepopulista”. Marrados estábamos: de neofrentepopulista, nada de nada; frentepopulista a secas, frentepopulista clásico. Si nos apuran, con La Habana y Caracas como los faros que han sucedido a Moscú. Constantes son sus alusiones al abuelo de idénticas creencias gnósticas y socialistas que nunca conoció –porque murió 24 años antes de nacer Rodríguez-, así como la obsesión del Presidente por el desenterramiento de cadáveres y la denominada “recuperación de la Memoria Histórica” para enfermos de Alzheimer y estudiantes de las últimas generaciones que hayan pasado por cualquiera de las leyes educativas adaptadas a descerebrados, makineros y empastillados. Se confirma por lo tanto el carácter netamente frentepopulista de Rodríguez, que ni siquiera ha modificado los aliados del Frente Popular que en 1936 condujo -Manuel Azaña y Casares Quiroga mediante- a la mayor catástrofe nacional de los últimos siglos. Ahí están los cuatro diputados y medio de la sucursal de Ezker Batua en Madrid (Izquierda Unida) y los flamencos anti juancarlistas de la Esquerra, tan retadores, chulescos y amenazantes como siempre; como en 1931, 1934, 1936, 1978…

Y ¡ojo!, que este Frente Popular, antes o después, terminará pactando puntualmente con el terrorismo socialista-secesionista de Batasuna-ETA, el MLNV, el PCTV o como diablos quiera llamarse la rama desgajada del PNV con la que tan identificados se sienten, no ya Ibarretxe, Arzallus o Eguibar, sino los socialistas zapateristas Eguiguren, Elorza y el infumable López. ¡Va bueno éste si pretende ser lehendakari con este apellido! Que se vaya conformando con montar en bicicleta con Ibarretxe, a quien no le importa compartir actividades deportivas con maketos pero que, a buen seguro, no dejará pisar Ajuria Enea a un López cualquiera.

Volvamos al frentepopulista bananero. Mejor nos iría si el nieto del capitán francmasón Lozano (no es que seamos pesados, es que él se empeña en recordarnos sus orígenes guerracivilistas), hubiera estudiado un poco más de Economía en sus años universitarios. Quizás los españoles nos habríamos ahorrado el bochornoso espectáculo bananero que Rodríguez Zapatero está protagonizando en torno al asunto de la OPA de Endesa. Lección de Introducción a la Economía (1º curso de Económicas): ¿Quiere perjudicar un mercado? Intervenga, fije precios, nacionalice, ponga barreras... en cuatro palabras: créase-el-Gran-Hermano. Todo eso y más es capaz de hacer Rodríguez de una sola tacada para salirse con sus intereses en el asunto de la OPA de Endesa. Para que luego se quejen los accionistas de Repsol de Evo Morales. Nada como Evo Zapatero, el frentepopulero bananero. El toque indigenista queda reservado para la Esquerra de Vifredo el Velloso, perdón, Guifré el Pilós y la guinda bananera es cosa de Montilla, ya saben, el tipo que ni dimite ni devuelve la pasta de la Caixa.

¿Cómo funciona la manera de pensar del frentepopulista bananero? Muy sencillo. Quienes defendemos la unidad de España y hacemos frente al Estatuto Zapatuto porque se carga la unidad nacional, seccionando España en tres naciones -Cataluña, Valle de Arán y Periferia de Cataluña (resto de la actual España)- somos “patriotas de hojalata”. Quienes defendemos que los accionistas de Endesa –españoles en su mayoría- sean beneficiados con una elevada cotización de sus acciones gracias a la libre concurrencia de una empresa alemana, somos patriotas de hojalata. Porque el patriota de verdad, el español que defiende los intereses de nuestras empresas estratégicas, ese “patriota”, aunque pierda unos eurillos de nada en cada acción, tiene que defender con uñas y dientes que la sede de Endesa termine recalando en Barcelona. ¿Barcelona hemos dicho…? ¡¡¡La ciudad que dejará de pertenecer a la nación “España” en breve –según la carta estatutaria promulgada por las huestes social-secesionistas- para convertirse en capital de la nación “Cataluña”!!! Curioso “patriotismo” el del frentepopulista bananero, ¿no creen?

Autor: Smith
Publicado el 23 de febrero de 2006

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