domingo, 11 de febrero de 2018

¿Café para todos? No, tajada para todos

¿Comenzó en Perpiñán la conspiración del 11-M y la promesa de ZP de aceptar el Estatut que aprobara el Parlamento de Cataluña? Si fue así, es obvio que los moritos "suicidados" solo fueron la mano de obra. 

¿Qué clase de repulsivo contubernio es el que se está usando en la negociación del estatuto catalán? En una mesa donde se reúne casi una veintena de personas para hablar del tema, y en su caso aprobar cómo será una ley de gran trascendencia, se ha decidido que no haya nadie del Partido Popular, que como sabemos no se trata precisamente de una formación minoritaria sino del principal partido, con gran diferencia, de la oposición al Gobierno de España. ¿Es esto talante y diálogo? ¿Cómo pueden ser tan inmundos los negociadores respecto a los valores democráticos que no sólo dicen representar sino que alardean de ellos en todo momento?


Mariano Rajoy ha afirmado que: "Es inaceptable querer decidir lo que es España sin contar con una gran mayoría de los españoles". Por supuesto que es inaceptable, como también es inaceptable que el jefe de los populares, a estas alturas de la película, no se haya dirigido a los ciudadanos y les haya dicho claramente que el estatuto catalán será fulminado de un plumazo en cuanto el PP acceda al poder. Porque aquí estamos hablando de una ley orgánica que se pretende aprobar con mayoría justita del Parlamento y que puede ser derogada mediante otra mayoría similar. Y luego, los nacionalistas catalanes, que se pongan como les dé la gana. Y si amenazan con guerras civiles, pues se les aplica la ley si procede o lo que haga falta.

Lo que no acabo de entender, puesto que el nacionalismo es sectario a más no poder pero no imbécil, es que ellos mismos se ofrezcan a aprobar un estatuto sin el concurso de media España y a sabiendas de que en algo más de dos años puede llegar a ser papel mojado. El actual estatuto catalán lleva en vigor más de 20 años gracias a que fue consensuado por todas las fuerzas políticas, como lo fue la propia Constitución española. Pero pretender, precisamente, que llegue a consolidarse un nuevo estatuto no consensuado con la Oposición mayoritaria (y alternativa clara de gobierno), y que además arremete de lleno contra nuestra Carta Magna, es, a mi entender, de holgazanes mentales. Porque no olvidemos que en esto de la política, lo avise o no lo avise Rajoy -un señor prescindible como cualquier otro que a la hora de la verdad no dé la talla-, existen el flujo y el reflujo.

Así que las supuestas simpleza y candor de los nacionalistas, creyéndose a salvo (ahora se dice blindados) de cualquier reforma posterior a su aberrante proyecto, me da que pensar en que aquí hay algo más y que ellos están en el ajo. ¿Qué puede ser ese algo más? Lo ignoro, pero como la especulación es libre, especulemos a lo grande ya que está finalizando el año: Todo podría ser fruto de una conspiración tremenda producida (una de sus etapas) en el encuentro de Perpiñán, que tuvo lugar durante los días 3 y 4 de enero de 2004, en la que se sabe -por mucho que lo desmintieran- que ERC pactó con ETA pero que, los acontecimientos posteriores así lo sugieren, aquello no era más que la punta de un iceberg cuya parte sumergida vendría definida por el posterior 11-M y los 25 años que debían seguirle. No olvidemos que la Vogue se presentó en el Vaticano con estas palabras: "Le saluda la vicepresidenta del Ejecutivo que gobernará España durante los próximos 25 años". Luego no sería de extrañar que la reunión de Perpiñán de 2004 hubiese sido el principio de una mega conspiración a varias bandas. No se olvide que ya por entonces, como evidencia de que Carod planeaba a medio-largo plazo, ya anunciaba la independencia de Cataluña para el 2014, es decir, a 10 años vista.

¿Simple jactancia socialista de la torpe Vice? Es posible, pero no incompatible del todo con una conspiración política en la que, salvo el PP y la democracia, al parecer todo el mundo sacará tajada. Luego lo que menos importa aquí es cómo se apruebe el estatuto catalán y qué métodos se utilicen para ello, sino que salga adelante el plan liberticida y les ofrezca a los nacionalistas catalanes la tajada de impunidad a la que creen tener derecho en su condición de conspiradores.

Publicado el 30 de diciembre de 2005

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