Merkel y Schroeder durante el traspaso de poderes. |
Ningún analista político o económico medianamente serio puede defender la nefasta labor al frente del Gobierno alemán del señor Gerhard Schroeder, cuyas "realidades" al frente de sus siete años de gestión eran palmarias: desempleo, decrecimiento económico, crisis en el sistema de la seguridad social, esclerosis burocrática y un sistema fiscal deficiente. Ante la grave recesión económica por la que atravesaba Alemania y con la que parecía querer arrastrar a Europa entera, Angela Merkel parecía ser el revulsivo más adecuado para los germanos.
Lamentablemente hemos de decir que no es oro todo lo que reluce. Merkel no deja de ser una cristianodemócrata dispuesta a resucitar el cadáver de la Constitución Europea, cuyo penoso tránsito plebiscitario a lo largo y ancho de la UE obligó a los manijeros constitucional-europeístas a dejar en stand-by el texto constituyente. Lo peor de todo es que, para salvar del desastre constitucional a Europa, Merkel va a agregar una declaración sobre la "Europa social" que tenga en cuenta los "aspectos sociales" a la hora de legislar sobre el mercado interior europeo, y encima sin proponer cambios en el texto de la Constitución.
En resumen, amigos de Batiburrillo y Redliberal, enemigos de la rediviva Cámara de Prensa nacionalsocialista en Cataluña (CAC) y en el resto de España (CEMA), amantes de la Libertad, que la señora Merkel, para salvar la Constitución europea, rechazada democráticamente por Francia y Holanda, va a buscar meterse en el bolsillo a los intervencionistas, lepenistas y socialistas franceses mediante una declaración de corte social, que es lo único que le faltaba ya a esta Constitución cadavérica para que termináramos de decirle "no". Estos son los conservadores alemanes. Los conservadores maricomplejines aferrados todavía a Ludwig Erhardt y a su "economía social de mercado". Así nos va a Europa.
Autor: Smith
Publicado el 26 de diciembre de 2005
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