Me gustan las parábolas. A través de ellas puede transmitirse una idea compleja, una verdad objetiva o una enseñanza moral mediante el disfraz de un relato o ejemplo más próximo al lenguaje coloquial, y por ello más fácil de asimilar y recordar por el receptor. Emplearé una para explicar los motivos de mi incorporación a Batiburrillo.
Hasta dentro de una prisión puede tenerse la sensación de disfrutar de una cierta libertad. El ser humano se acomoda a todo con el tiempo. Lo que en principio puede parecerle una incomodidad o limitación a su capacidad de acción, se torna fácilmente en una rutina, más o menos aceptable. La justificación que suele darse es que no le queda otro remedio o alternativa. Sueña permanentemente con lo que sería su vida al otro lado de los barrotes, pero acepta su destino temporal entre la sensación de pago justo por sus propias culpas y el suministro regular de viandas proporcionadas por sus carceleros.
De pronto, recuerda que la obligación de todo prisionero es tratar de escapar, pero el proyecto de fuga se antoja difícil. No le cuenta nada a nadie para evitar a los chivatos y empieza a elaborar su plan. Reuniendo la máxima información sobre el entorno que rodea la prisión, y armado con herramientas insuficientes pero imaginativas, empieza a cavar un túnel con la mini-pala fabricada con unas cucharas sustraídas en la cocina. Hace cálculos de tiempo, basados en sus avances diarios y lucha contra la desmoralización al comprobar que al ritmo que va, tal vez no llegue nunca a ver luz al final del túnel.
Lo más importante para escapar, es saber que uno está preso y que no goza de libertad. A veces puede ser inteligente organizar turnos en el túnel con otros presos que tengan los mismos deseos de escapar y distribuir los esfuerzos para ser más efectivo. En Batiburrillo no hay ningún preso confeso, pero se lucha a diario para advertir del peligro de serlo. Participar en un equipo con los mismos objetivos no garantiza el éxito de la fuga, pero al menos lo hace más posible.
Cavemos.
Autor: Perry
Publicado el 25 de julio de 2005
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