Melquíades Álvarez y González, asesinado sin juicio previo por esbirros del Frente Popular |
Agosto nunca ha sido un mes pródigo en noticias. Aparte de los incendios, intoxicaciones y atascos de tráfico que este gobierno socialista (no debo escribir español, no se lo merece) no sabe resolver a causa de su dejadez, pocas cosas más suceden que no estén relacionadas con declaraciones extemporáneas de los nacionalistas o esas noticias que el diario El Mundo va destapando a cuentagotas y que hacen de la Comisión del 11-M una auténtica parodia de democracia parlamentaria.
Debido a ello, quizá durante el resto del verano se inserte en esta bitácora más de un artículo que haga referencia a la memoria histórica (en nuestro caso para todos), eso que determinados “progres” se empeñan en resucitar como si así pudieran conseguir un plus democrático del que nunca han andado muy sobrados.
Hoy trataré de ocuparme de Melquíades Álvarez, un político honorable que nadie tiene en mente para tributarle un (en este caso) merecidísimo homenaje público. Porque todo lo que está pasando resulta bien curioso, desconcertante y explicable únicamente desde el sectarismo más atroz que practican ZP y sus mesnadas: Se homenajea a genocidas como Companys o Carrillo y se echa tierra sobre los cadáveres de quienes resultaron vilmente asesinados durante la oprobiosa II República. Motivo de los asesinatos de la izquierda, eliminar a quienes no eran como ellos o no secundaban a ciegas unos movimientos revolucionarios y liberticidas que tanto se prodigaron entre los años 31 al 39 del siglo pasado.
Melquíades Álvarez y González: Político y abogado nacido en Gijón en 1864 y muerto en Madrid, asesinado en la Cárcel Modelo donde se hallaba recluido, el 22 de agosto de 1936. Catedrático de Derecho Romano en la Universidad de Oviedo desde 1898, en marzo de ese año resultó elegido diputado por vez primera como miembro de una formación política cercana al Partido Liberal. Reelegido en abril de 1907, un año después colaboró con algunos dirigentes del Partido Liberal en la formación de una concentración de las fuerzas de izquierda no revolucionarias que promovió la revisión de la Constitución de 1876, pieza legislativa clave de la Restauración.
Proclamada la II República en abril de 1931, transfiguró su formación en el Partido Republicano Liberal-Demócrata. Como representante de un pequeño grupo político situado a medio camino de las formaciones de derecha y de los republicanos de centro, formó parte de las dos primeras Cortes del periodo, al resultar elegido en julio de 1931 y en noviembre de 1933, respectivamente.
En la campaña que precedió a la instauración de la República figuró en el grupo llamado “constitucionalista”. Fue elegido para las Cortes Constituyentes, en las que se mostró contrario al Estatuto Catalán, intervino también en otros importantes debates. Anteriormente y hasta 1923, llegó a desempeñar el cargo de Presidente del Congreso de los Diputados. Melquíades Álvarez fue detenido en Madrid, como político simpatizante con las derechas, y trasladado a la Cárcel Modelo. Allí le sorprendieron los trágicos sucesos del 22 de agosto de 1936, en que las masas dueñas de la Cárcel fusilaron a un gran número de presos de derechas, entre éstos a Melquíades Álvarez.
Testigos presenciales de aquella horrible matanza aseguran que los últimos momentos de dicho político se distinguieron por una gran dignidad y una serenidad magnífica, a prueba de los trances más difíciles.
Fuentes: Enciclopedia Espasa-Calpe, Enciclopedia Encarta y otras.
¿Por qué fue asesinado un gran político que llegó a desempeñar el importante cargo de Presidente del Congreso y al que no cabe achacarle crimen ni irregularidad alguna? Probablemente por liberal y simpatizante de la derecha. Veamos si el episodio relatado figura alguna vez en la “memoria histórica” que los afiliados a la Secta quieren rescatar. Lo dudo. Por tal motivo aquí lo dejo, para ejemplo de que el rescate de la memoria no favorece en absoluto a un solo bando, incluso en nuestros días, ni siquiera a los que se consideran herederos de ese republicanismo vestido de democracia y que en verdad fue atroz para la convivencia entre los españoles.
Publicado el 8 de agosto de 2005
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios moderados.