viernes, 5 de enero de 2018

España en singular

¿Cuándo vamos a dejar de hacer el indio?

Toda cultura debe ser protegida, especialmente de la estupidez. Esa estupidez nacida del odio y que intenta convertir a nuestra singular nación, España, en nación “plural”. Ese pluralismo, que en principio parece tan democrático, no es sino una versión de la afirmación popular que dice que opiniones hay tantas como culos, con perdón. Los nacionalistas tribales en lugar de respetar esa pluralidad natural, se empeñan en reconvertir ese plural de nuevo en singular mediante el reagrupamiento de “culos” afines, para de nuevo distinguirse del resto. Suelen colocar a ese “resto” el epíteto de nacionalista español, en un esfuerzo quasi subliminal, que equilibre y les sitúe en el mismo plano de “negociación” para conseguir sus objetivos. Aclaro aquí, que yo no soy nacionalista español. Soy español y punto.


Otros dos argumentos habituales de los pluralistas “singularizadores”: el invento histórico a medida y el victimismo permanente. En ambas falacias son verdaderos expertos. Con diferencia, el más pluralizador de todos (divide y vencerás) es nuestro actual presidente por accidente, ZP. Y no sólo eso, también es a la vez el más singularizador (pensamiento único). ¿Qué no será nuestro ZP? Tal vez debiera recordar que no se puede estar en el plato, y a la vez en las tajadas. Quizá para él no sea motivo de preocupación, ni en singular ni en plural. O bien no haya tenido tiempo en reparar en ello, ocupado como está en la ópera, los paseos por jardines en Singapur (escaqueado de las obligaciones que allí le llevaron en nuestro nombre), los pasteleos con los últimos dictadores del planeta y la venta de armas a los mismos para reflotar nuestra economía y armar a su futura alianza de civilizaciones basada en sus ansias infinitas. Sin embargo, el alianzador propone una nueva unidad en España, basada en el exterminio sistemático de cuantos no comulguen con sus ruedas de molino. Coherente.

A vueltas con la cultura, esa misma que ha estado en permanente expolio y ninguneo por el nacionalismo español según los de las tribus, hago notar que el síndrome de la “reserva”, que como si de las naciones indias se tratara sufren los nacionalistas, les hace ir más allá de la salvaguarda de la misma que es patrimonio por igual de todos los españoles, para directamente tratar de imponerla en un ejercicio de pluralidad democrática, verdaderamente singular. Varias tribus se hallan ya en pié de guerra con el beneplácito de ZP: los Sioux en el Norte, los Shoshones en el Noreste y ahora los Comanches en el Noroeste.

¡Por el Gran Manitú! ¿Cuando vamos a dejar de hacer el indio?

Autor: Perry
Publicado el 27 de julio de 2005

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