domingo, 14 de enero de 2018

El vacío ideológico de la izquierda


Sabido es que la caída del Telón de Acero supuso para la izquierda europea la pérdida de uno de sus referentes ideológicos más importantes y un desfondamiento intelectual del que todavía no se ha recuperado. Estos días estamos apreciando varios síntomas que confirman la decadencia intelectual por la que atraviesa la siniestra, concretamente en España, donde tan dada es a la demagogia y el populismo.


Y es que, si algún factor decisivo del tablero político es explotado actualmente por las lumbreras socialcomunistas son las catástrofes: atentados terroristas o accidentes naturales, la culpa siempre será del gobernante de derechas de turno. Si se hunde un barco en las costas de Galicia, la culpa es del Gobierno Aznar; si se accidenta un avión en Turquía, ídem. de lienzo; si los yihadistas revientan unos cuantos trenes en Madrid, la culpa, Aznar; si el huracán Katrina deja completamente devastado un Estado norteamericano, Bush -un "superviviente político" para el diario El País, a pesar de ser el Presidente más votado de la Historia de los EEUU- tiene que solventar la peor de las catástrofes naturales de los doscientos treinta años de vida estadounidense en 24 horas o es un garrulo de incompetencia supina.

- Inciso- La verdad es que la llegada de la Guardia Nacional ha aliviado tremendamente la situación en la ciudad de Nueva Orleans, donde, se diga lo que se diga, la sociedad sin estado ha resultado ser letal. Hoy, más que nunca, el Estado democrático liberal estadounidense demuestra que su existencia es completamente necesaria y su inexistencia una quimera completamente destructiva que nos retrotraería al peor de los tribalismos prehistóricos.

Volviendo al tema que nos ocupaba, es evidente que la izquierda, sin ideas y sin proyectos realmente valiosos, vivirá durante mucho tiempo de todas estas catástrofes y de las venideras. Hoy mismo, José Luis Rodríguez Zapatero ha vuelto a demostrar la falta de sentido crítico de la izquierda. No tienen ideas y vuelven a lo de siempre. Pablo Iglesias fundó el PSOE, pero también cofundó la UGT; y, durante la II República, Francisco Largo Caballero compatibilizó la dirección del PSOE con la de la UGT. En España, las cosas como son, nunca ha existido la independencia sindical mínimamente recomendable. Ni la habrá en décadas. De nada sirven las reivindicaciones sociales de la UGT, cuando Rodríguez Zapatero se despacha a gusto desde las propias tribunas ugetistas. Los viejos trucos y engañuflas de siempre: dirigentes sindicalistas y dirigentes socialistas engañando a sus afiliados. Una comparsa tan vieja como falta de credibilidad.

Estos días José Luis Rodríguez nos ha dado lecciones sobre lo que es ser de izquierdas: "Disuadir del consumo del alcohol y el tabaco es de izquierdas". Lo cual es rematadamente falso. Tan falso como el Presidente. Lo que es de izquierdas es gravar el consumo del alcohol y del tabaco. ¡Gravarlo es de izquierdas! Que no es lo que dijo Zapatero, a pesar de que lo titule así El Norte de Castilla, cuyo subconsciente ha salido claramente a relucir en el titular, más cercano a la realidad, pero inexacto también.

En fin. Ya ven el vacío ideológico que arrastra el socialismo. De seguir en esta línea pronosticamos la irrupción de polémicas deportivas, seguramente futbolistas, en las reivindicaciones de la izquierda. Rodríguez Zapatero es capaz de prestarse a cualquier cosa. No hay más que sonreír.

Autor: Smith
Publicado el 4 de septiembre de 2005

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