La clave del pensamiento nacionalista viene dada por la noticia (error 404) que aparece hoy en el diario La Razón. Y esa clave no es otra que la impunidad a la que algunos creen tener derecho y el menosprecio que le aplican a los tribunales. Hablo de Juan María Atutxa, que presentó recurso al Tribunal Constitucional para no ser juzgado por desobediencia ante el Supremo. La base del recurso del ex presidente del Parlamento vasco, un individuo que en su día se pasó varios mandamientos judiciales por la entrepierna, consistió en alegar que esa resolución del Supremo suponía un quebrantamiento de la inviolabilidad parlamentaria, y, por tanto, una vulneración de los derechos fundamentales a la participación política y a la tutela judicial efectiva, tal como recoge la Constitución. Una Constitución, como puede verse, a la que apela después de que su grupo político y él mismo hayan intentado destruir mediante el Plan Ibarretxe y otras cien actuaciones políticas inmorales, como por ejemplo el pacto político con una banda terrorista.
En esta ocasión, sin embargo, al nacionalista Atutxa le ha salido el tiro por la culata. El Tribunal Constitucional, según comenta el citado diario, le responde alto y claro: "En cuanto a la inviolabilidad alegada, la resolución del TC destaca cómo la concurrencia o no de la misma 'no puede sustraerse del conocimiento judicial', ya que hacerlo 'sería tanto como equiparar procesalmente la inviolabilidad con la inmunidad'".
De modo que, en los casos de Atutxa, Gorka Knörr y Kontxi Bilbao, los tres ex parlamentarios procesados por desobediencia, pueden llegar a recaer sentencias de dos años de inhabilitación para ejercer cargo público y una sanción económica superior a los 130.000 euros. Lo que ocurre es que tanto la multa como la inhabilitación eran papeles descontados ya de sus carreras políticas. Ni parece que vayan a pagar un duro de su bolsillo, que ya vendrá papá PNV al rescate crematístico de quienes practicaron la obediencia debida, ni es muy de suponer que se queden ociosos. Por de pronto, a Atutxa ya le han nombrado presidente del Museo de los Horrores, también conocido como Sabino Arana.
No quiero que se me escape, finalmente, que este asunto de Atutxa and Company puede acabar en el banquillo gracias a la iniciativa de la acción popular ejercida por el sindicato de funcionarios Manos Limpias, porque el fiscal, que inicialmente fue quien interpuso la querella, para vergüenza ajena de cualquier ciudadano que aspire a que las leyes se cumplan, ha pedido el sobreseimiento de la causa al entender que no existió negativa «clara, patente o inequívoca» de desobedecer al Tribunal Supremo (sic). Y digo yo, ¿quién le habrá pedido a la Fiscalía del TSJPV que desista o pida la absolución respecto a un asunto tan claro? No, no me lo digáis..., no lo soportaría y tendría que hacer un añadido a este artículo. En todo caso, completadlo vosotros con vuestras ocurrencias. Incluyendo a los francotiradores de turno, que sin duda verán en la acción de Manos Limpias la actitud de un grupo de fascistas. ¡Mira que pretender que los nacionalistas obedezcan al Tribunal Supremo, hasta ahí podríamos llegar!
Publicado el 25 de octubre de 2005
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